He terminado de leer el libro de Fernanda Pirie Ordenar el mundo. Como 4.000 años de leyes dieron forma a la civilización (Crítica, 2022). Puede considerarse una visión del Derecho desde el Panóptico, por eso me ha interesado tanto.
Una de las características de la inteligencia humana es su capacidad de anticipar el futuro. Tomamos decisiones pensando en el porvenir, a sabiendas de que no lo conocemos.
Sigo mi aprendizaje del análisis pasional de las actividades humanas. Hoy quiero tratar como ejemplo la arquitectura. Las primeras construcciones sirvieron para protegerse, pero al concentrarse en ciudades aparecieron tres tipos de edificaciones con diferentes fines, es decir, fruto de diferentes necesidades, deseos y proyectos: las murallas, los palacios y los templos.
Cuido mucho de proporcionar a la inteligencia generadora información variada, porque confío en que hará buen uso de ella y me enviará a la conciencia ideas interesantes.
La búsqueda de la seguridad es una de nuestras motivaciones básicas, como señaló Maslow. La más fundamental en la pirámide de necesidades, después de las fisiológicas.
En este momento hay mucha gente que teme una posible fecha: la del comienzo de la Tercera Guerra Mundial. Temo más la llegada de otra más probable: el día en que perdamos el interés por Ucrania.
En Biografía de la inhumanidad, tras estudiar los colapsos atroces que periódicamente experimenta la humanidad, me pregunté si nuestro progreso ético es un mero barniz que desaparece cuando las circunstancias alcanzan determinados niveles de dureza.
La guerra es una constante universal de la humanidad. Integra con tanta intensidad las pasiones humanas que es una insustituible ventana para observar el funcionamiento de la mente humana. ¿Podría tomarla como punto de partida para la historia de la felicidad que estoy escribiendo?
Otro “ensayo GAMMA”. Hume, un perspicaz observador de la vida política, expresó su extrañeza ante el fenómeno del poder y de la obediencia.¿A quién le corresponde aclarar tan complejo asunto? ¿A la psicología? ¿A la sociología? ¿A la historia? Desde el proyecto Gamma la respuesta es clara. De resolver el misterio debe encargarse la Ciencia de la evolución de las culturas.