Al estudiar los sistemas políticos, Coleman sostuvo que para que funcionen bien necesitan apoyarse en lo que llamaba “capital social” de una comunidad. En él…
La noción de “capital social” va y viene en los libros de sociología. En ellos he podido encontrar hasta seis definiciones diferentes, lo que indica…
Diseñar una Academia ideal me permite una libertad imposible en la vida real, por ejemplo, al elegir su claustro de profesores. No tengo limitaciones temporales,…
He participado en un ciclo titulado XI Edición España a Debate, organizado por el Ayuntamiento de Tomares (Sevilla) . Expliqué por qué prefería cambiar el…
¿Seremos capaces de utilizar bien la inteligencia, es decir, de convertirla en talento? Y puesto que esa es la función de la educación, ¿seremos capaces de organizar un sistema educativo capaz de producir el talento necesario?
Al hablar de temas éticos me siento con frecuencia como si fuera el más tonto del pueblo, porque me cuesta mucho ver con claridad asuntos sobre los que todo el mundo habla con una certeza envidiable. En el caso de las relaciones entre empresas y ética, la pregunta más elemental es: es evidente que las empresas tienen obligaciones legales, pero ¿tienen además obligaciones morales?
«El informe Coleman, 50 años después». Revista de la Asociación de Sociología de la Educación, 2016. Más que negarla tesis principal, creo que matiza lo que debemos considerar “influencia social”, que va más allá de la familia. La obra de Coleman debe completarse con la de su colega Robert Putnam.
La próxima semana aparece en España el libro de Andrew Marantz Antisocial: La extrema derecha y la ‘libertad de expresión’ en Internet, (Capitan Swing).
Ha dedicado al “capital social” dos libros: La gran ruptura, que me parece excelente, y Confianza, más irregular. Esta semana Foreing Policy publica una entrevista con él, titulada: “Espero más violencia antes de que América recupere la salud”