Historia de la crueldad, la sinrazón y la insensibilidad humanas.
Una genealogía del ser humano a través de sus acciones más crueles e insensibles escrita por José Antonio Marina.
Una genealogía del ser humano a través de sus acciones más crueles e insensibles escrita por José Antonio Marina.
Biografía de la inhumanidad representa la antítesis del libro anterior de José Antonio Marina. Mientras Biografía de la humanidad explicaba la historia de la evolución cultural (a través del desarrollo del arte, la política, las instituciones sociales, las religiones, los sentimientos y la tecnología), Biografía de la inhumanidad pretende explorar los mayores errores o crueldades de nuestra historia, y por qué en su momento estas acciones fueron llevadas a cabo o se aceptaron como una especie de destino implacable. Valiéndose de las herramientas intelectuales que proporciona la psicología, el autor nos ofrece un recorrido histórico-cultural por las principales maldades e indolencias que hemos cometido como especie «inhumana».
Los humanos, a pesar de nuestros indudables logros, no hemos conseguido liberarnos de la crueldad, del daño voluntariamente infligido, de las matanzas colectivas, las guerras, los genocidios. La atrocidad es un componente esencial de la cultura humana. Estamos tan acostumbrados a este hecho, que hemos perdido la capacidad de asombrarnos ante él, de escandalizarnos o de rebelarnos. Tal vez por aquello que se atribuye a Stalin: «Una muerte es una tragedia. Cien mil muertes son una estadística».
José Antonio Marina: “El único animal cruel es el ser humano”
La Ciencia de la Evolución de las Culturas muestra la evolución de la inteligencia humana, y nos permite comprender sus creaciones, enlazando la psicología con la historia. Nos permite descubrir la esencia del ser humano y recordar que pertenecemos a una única especie.
el libro «Biografía de la inhumanidad» comienza en el siglo XX, una época de grandes avances y terribles retrocesos: dos guerras mundiales, genocidios, hambrunas, traslados masivos de población, guerras civiles, limpiezas étnicas. ¿Por qué no hemos conseguido librarnos de la brutalidad? ¿Seguimos siendo salvajes recubiertos de un “barniz moral”, que desaparece cuando se dan determinadas circunstancias? ¿Por qué tenemos comportamientos inhumanos?
Antes de estudiar la inhumanidad debemos comprender el modo en que el sapiens, que comparte el 99% de sus genes con el chimpancé, se fue humanizando. Es una asombrosa aventura que resume la primera parte del libro -el ascenso- y que el mapa resume más aún. Los dos mecanismos de la evolución biológica -mutaciones y selección- se completaron con un tercero: el aprendizaje. Cada humano recibe una doble herencia: biológica y cultural. Nuestra naturaleza biológica fue ascendiendo hasta proyectar una “segunda naturaleza”, que se define a sí misma como intrínsecamente valiosa, como dotada de dignidad. Es el máximo nivel -imperfecto y frágil- que la Humanidad ha alcanzado hasta ahora.
Señala algunos puntos decisivos de ese ascenso: el pensamiento simbólico, el lenguaje, la autodomesticación, y tres grandes giros que cambiaron la evolución:
El dinamismo que ha movilizado este proceso es la búsqueda de la felicidad. Asistimos a un proceso de transmutación, una fantástica alquimia. Buscando la felicidad privada, la inteligencia social acaba construyendo un gran proyecto: la “felicidad política”, el mundo en que querríamos vivir. La humilde naturaleza animal se convierte en una naturaleza animal transmutada por la dignidad.
La Historia nos dice que nos íbamos acercando a esa “felicidad política”. El siglo XX prometía ser un tiempo feliz, pero en 1914 comenzó una terrible guerra mundial. Después se fueron alternando grandes éxitos y grandes colapsos, cada uno de los cuales supuso el sufrimiento de millones de personas. La inhumanidad, la brutalidad, asolaron el mundo. Las atrocidades no las cometieron psicópatas, sino ciudadanos normales que sometidos a un proceso lento de encanallamiento acabaron actuando como si lo fueran. Ese descenso a los infiernos sigue siempre un mismo camino, que este mapa resume. La evolución cultural había construido su ascenso fomentando los sentimientos prosociales, adquiriendo comportamientos morales, y creando instituciones que favorecieran ambos progresos y aseguraran la “felicidad política”. El hundimiento se produce cuando esos grandes motores de progreso, esas barreras contra la brutalidad, colapsan. El descenso se produce en tres etapas:
La primera etapa consiste en la perversión de los sentimientos. Desaparece la compasión y el sentimiento de humanidad compartida. Las emociones tribales expulsan a los sentimientos de solidaridad universal trabajosamente logrados.
La segunda etapa destruye la identidad moral. Las normas de conducta establecidas para proteger la convivencia se esfuman. La agresividad individual queda sin frenos. Puede aparecer una moral excluyente, centrada solo en el grupo, que resulta feroz con el enemigo, el extranjero, el diferente. En nombre de ídolos abstractos – la Nación, la Raza, el Partido, los dioses- se mata con orgullo y sin remordimiento.
El último descenso conduce a la corrupción de las instituciones. Fueron creadas para asegurar la felicidad política, pero se convierten en inductores de la ferocidad. Favorecen la atrocidad moral y la perversión de los sentimientos.
Una vez consumado el descenso, aparece el Horror.
“El horror, ha pasado una y otra vez, ha pasado siempre, nos lo muestra la historia. Si pudiéramos saber cuáles son los mecanismos que nos llevan a una regresión cultural, que nos hacen convertirnos en bestias, tal vez podríamos aprender.”
Puedes descargar las primeras 25 páginas de Biografía de la Inhumanidad.