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José Antonio Marina

Esta academia es una ficción. Un experimento mental al que están invitados. Responde a una pregunta. ¿Dónde aprenden los políticos su oficio? Normalmente en la lucha por el poder, en escalar puestos en una organización, en conseguir votos, en tejer redes de influencia. Es verdad que hay Facultades de ciencias políticas, pero preparan más para ser analistas políticos que para ser gobernantes

En vez de esperar que alguien se encargue de hacerlo, voy a imaginar como podría ser una Academia de talento político, sus programas, sus objetivos, su pedagogía.

La primera novedad es que necesitamos cambiar el significado del término “político”. Lo empleamos como sinónimo de “gobernante”, y eso es confundente. Son “políticos” todos los que viven en la “polis”.  La diferencia hay que hacerla entre “gobernantes” y “gobernados” y por eso, la Academia de talento político se componer de dos escuelas:

Escuela de gobernantes

Escuela de gobernados

Lo que pretendo es contar aquí la historia de esta invención. Están invitados.

Escuela de gobernantes

Escuela de gobernados