La invasión rusa de Ucrania marca una fecha triste. Metido como estoy en el análisis de las pasiones que mueven la historia, observo el inicio de una nueva guerra, iluminándola con rayos Gamma.
Desde que comencé el Proyecto Gamma he leído una documentación muy variada y he hecho tanteos temáticos sobre la primera Cruzada, la influencia motivadora del honor y la gloria, la venganza como paso de una violenta emoción a una institución social, y la evolución de la sexualidad. He repasado el tema de las religiones y de las estrategias del poder.
El deseo de venganza es un fenómeno que revela una parte no suficientemente estudiada de la afectividad humana, como ya señaló Nico Frijda, un reputado estudioso de las emociones. Es un acto dirigido a dañar a una persona o a un grupo en respuesta al sentimiento que uno tiene de haber sido dañado por ellos.
Otro “ensayo GAMMA”. La evolución de las pasiones humanas, sus sutiles tramas, el modo como han ido dirigiendo la historia y plasmándose en instituciones me fascina. El domino afectivo que voy a estudiar es universal, permanente y poderoso. Su energía ha determinado nuestro pasado y nuestro presente. Forma parte de nuestra herencia biológica pero las diferentes culturas la han utilizado, expandido, formateado a su manera. Me refiero al caudaloso torrente emocional de la fama, la pertenencia a un grupo, la reputación, la gloria, el honor nacional
Algunas agencias estadounidenses dicen que la guerra de Ucrania comenzará mañana. La diplomacia se desmelena. Varios países, entre ellos España, han pedido a sus nacionales que abandonen la nación amenazada.