Pepa Fernández me invita a su programa en RNE para hablar de la relación entre “prohibir” y “libertad”. Las dos palabras merecen estar en el Diccionario de Palabras Confusas”. Madame Roland, luchadora por la libertad durante la Revolución Francesa, mientras la conducían al patíbulo gritó: ¡Oh, libertad, libertad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre! Con la palabra “prohibir” sucede lo mismo, como muestra el famoso lema libertario de 1968: “Prohibido prohibir”.
En realidad, estaba anulando la libertad, porque todo ejercicio de un derecho lleva aparejado la prohibición de su contrario. La libertad de expresión supone prohibir la censura o la persecución por las ideas. Rousseau escribió: “La libertad consiste en obedecer a la ley”. Debió añadir: “cuando la ley es justa”, porque entonces no va en contra de la libertad, sino que la protege y amplía. El Código de circulación no limita mi movilidad, sino que la favorece.
Más información en el Panóptico 28: ¿Qué votamos cuando votamos libertad”
Puedes escuchar «Prohibido prohibir« en el Programa de Pepa Fernández Dialógos sensatos