Al estudiar el odio como pasión política, mencioné los “haters”, los odiadores a través de las redes, pero no aproveché las informaciones que tengo en…
Contemplar la historia “con rayos gamma” nos revela un juego de fuerzas, intereses, miedos, coacciones, odios, venganzas, poder. Eso es lo que quiero contar en El deseo interminable las pasiones que han movido la historia. Para comprobar las posibilidades y ensayar formatos o estilos de escritura, redacto las Monografías Gamma , que publico aquí. Son tanteos metodológicos, materiales de construcción.
Utilizar la pronunciación de una palabra como proceso sumarísimo para identificar a sus víctimas es un procedimiento usado en muchas ocasiones.
Me gustan los mapas. Comprendo que en el siglo XVII los holandeses decoraran con ellos sus casas. Así se ve en los cuadros de Vermeer “Soldado y muchacha sonriente”, “El arte de la pintura”, “Mujer leyendo una carta”, o en “Los músicos” de Jacob Ochtervelt.
Nuestro comportamiento está dirigido por los diseñadores de metas (necesidades, deseos, proyectos) y por las emociones y sentimientos que van informando de los procesos de realización.
Otro “ensayo GAMMA”. Nuestra especie es la más miedosa, porque la inteligencia añade miedos culturales a los miedos innatos, y porque la capacidad de anticipar nos hace más vulnerables ante posibles amenazas.
He acabado de redactar la monografía sobre la historia del miedo, mientras sucede la guerra de Ucrania y leo estudios acerca de la novedad del tiempo en que vivimos, y de la imposibilidad de gestionar tanta complejidad. No puedo dejar de pensar que los cambios tecnológicos, económicos y sociales se dan como variaciones de unos “guiones emocionales” implacables.
La búsqueda de la seguridad es una de nuestras motivaciones básicas, como señaló Maslow. La más fundamental en la pirámide de necesidades, después de las fisiológicas.