Todas las sociedades se han enfrentado al problema de cómo resolver los conflictos. Llamamos “justicia” a su adecuada resolución. Una de las sorpresas que proporciona El deseo interminable es que muestra que la “búsqueda de la felicidad” se entremezcla con la “búsqueda de la justicia”
El ejercicio del poder es un laberinto difícil de explorar. No me extraña que atraiga a todo tipo de jugadores, decentes y tahúres. Siempre tiene una parte oculta, que sirve para alimentar las teorías de la conspiración.
Ya he hablado en este diario de la venganza. Es un deseo universal, que me brinda la ocasión de mostrar como las grandes pasiones dirigen las acciones humanas, los movimientos sociales, y acaban sedimentándose en las instituciones.
Varias circunstancias han hecho aumentar en número de partidarios de la independencia de Catalunya. Sin duda este auge tiene un componente emocional poderoso, pero creo que quedarse en él no hace justicia al movimiento independentista. Se merece que analicemos sus argumentos.
La protesta contra la “racialización” o el “indigenismo” acaba convirtiéndose en un racismo de nuevo cuño.
Según una encuesta elaborada por el Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, se mantiene el “cambio de prioridades” que los catalanes creen que debería tener el Govern de Catalunya
A mediados de la década de 1990, se introdujeron en las universidades cursos sobre la “blanqueidad”. Su fin es denunciar la construcción social de la “superioridad racial blanca”, utilizada para justificar la discriminación contra los no blancos.
La tesis del libro es que China está buscando redefinirse a sí misma, con el objetivo de ejercer una “función civilizatoria” a escala mundial.