Desde el Panóptico todas las aventuras y desventuras de los humanos pueden interpretarse como una tanteante búsqueda de la felicidad.
¿Por qué considero el derecho a las vacaciones un ejemplo de “felicidad política”? ¿De dónde venimos? ¿Dónde vamos? Estas son dos de las grandes preguntas que se ha hecho el hombre, pero hay otra más importante aún: ¿Cómo podemos vivir felices?
Este Diario de Catalunya es una especie de Bildungsroman, la narración de un aprendizaje. Sólo pretendo aclarar mis ideas sobre la cuestión catalana, y eso me obliga a repensar temas que creía saber y de los que solo tenía un conocimiento superficial.
Se trata de una apasionante crónica de la Conferencia de Paz que se celebró en París -desde el 18 de enero hasta el 28 de junio- para diseñar el mundo tras la derrota de Alemania. La organizaron las potencias aliadas, y estuvo dirigida por
Cuando hablamos de China y de su éxito económico y tecnológico, añadimos inmediatamente una crítica ética: es un sistema no democrático y no respeta los derechos humanos. El régimen chino responde acusándonos de adoptar una postura de superioridad moral y de intentar imponer a China unos valores que no son universales, sino exclusivamente occidentales.
Los enfrentamientos de mayo han dejado como resultado 242 palestinos y 10 israelíes muertos. La aparición del Estado de Israel fue conflictiva. Se impuso por las Naciones Unidas apelando a unos “derechos históricos”, pero perjudicando a los habitantes de Palestina. Los horrores de la II Guerra Mundial animaban a dar a los judíos un Estado, porque se había demostrado que los “derechos humanos” no tienen eficacia si no se vehiculan a través del derecho nacional. En 1993, los acuerdos de Oslo parecieron acercar la paz con la creación de dos Estados, en la que todos cedieron. El premio para Israel era mantenerse como una democracia y un santuario para los judíos; para los palestinos, la promesa de la autonomía. Pero, de hecho, se ha convertido en un único Estado -Israel- que administra los derechos de los palestinos. Los residentes en Gaza y en Cisjordania necesitan el permiso de Israel, para viajar a ver a sus familias. La reciente revuelta fue causada por la disputa sobre la propiedad en Jerusalén Este, donde la mayoría de palestinos son meros residentes.The Economist en su último número defiende que en este momento la solución es la “reclamación de los derechos individuales”. Esa es la solución que -hasta que encuentre otra mejor- me parece la más eficaz y justa. Recuérdenlo porque también me parece la mejor solución al problema catalán. Creo que el punto de partida no debe ser un supuesto derecho del Pueblo o de la Nación, sino los derechos individuales de los catalanes y del resto de los españoles.
“Erase una vez un mundo en que se podía distinguir la verdad de la falsedad. No es seguro que exista todavía”. Este no es el comienzo de un cuento de miedo, sino una breve descripción de nuestra situación. Acabo de leer dos libros sobre este tema.
La llamada Ley trans pretende proteger el derecho a la autodeterminación sexual de las personas trans, permitir el cambio registral de sexo sin necesidad de pruebas médicas o psicológicas.