Parece que los expertos están de acuerdo en que la oleada mundial hacia la democracia que comenzó a mediados de la década de los 70 ha derivado en lo que Larry Diamond califica de “recesión mundial”.
La pandemia ha planteado el tema de los límites de la libertad. El presidente Macron debate si imponer obligatoriamente la vacunación. En España, el Tribunal Constitucional está dividido sobre la legalidad del decreto del estado de alarma que el gobierno aprobó en marzo de 2020. Mientras tanto, China ha resuelto la pandemia con mayor eficiencia, lo que ha planteado el problema de si los regímenes autoritarios son más eficaces que los democráticos. Les recomiendo el artículo de Qin Hui, “Globalización después de la pandemia”, en la magnífica web del canadiense David Ownby Reading the China Dream. Qin es un campeón chino de la democracia y los derechos humanos, que critica el orden de prioridades de occidente. En casos de emergencia, piensa, la vida humana es lo primero. Considera ofensivo que se reivindique como un derecho humano el “no llevar mascarilla”. Me ha recordado el comentario irónico de Montesquieu: Los rusos piensan que la libertad consiste en poder llevar la barba larga. Bienvenida sea una reflexión sería sobre los límites y el contenido de la libertad.
Desde el Panóptico, desde la altura histórica, se perciben relaciones que inmersos en la algarabía del presente pueden quedar ocultas. Una de ellas es la que existe entre las nuevas tecnologías, la economía de los datos, el capitalismo de la vigilancia, las democracias no liberales, el crédito social chino y la psicología conductista. Lo que enlaza todos estos fenómenos es que suponen una cierta devaluación de la libertad, que ya no parece tan importante como solía.
Ferguson se hace la misma pregunta que intriga a muchos historiadores: ¿Por qué las naciones europeas se hicieron dueñas del mundo? Encuentra la respuesta en seis instituciones: el afán competitivo, la ciencia, los derechos de propiedad, la medicina y la ética del trabajo.
Desde El Panóptico sigo con interés los intentos de “democracia bursátil” ocurridos en la Bolsa estadounidense donde miles de pequeños inversores se han unido para hundir a los fondos bajistas
es una organización sin ánimo de lucro que proporciona recursos educativos a una red de más de 100.000 docentes en todo el mundo. Su objetivo es “utilizar un riguroso análisis histórico combinado con el estudio de la conducta humana para fomentar en los alumnos la comprensión del racismo, la intolerancia religiosa y los prejuicios
Si el conflicto es el motor de la política eso quiere decir que no es la política, sino su desencadenante, su impulsor. También se puede decir que la enfermedad es el motor de la medicina, pero la medicina lo que quiere es acabar con la enfermedad. La política no es conflicto, sino la buena solución de algunos conflictos, aquellos que sólo pueden resolverse con medios públicos.