El “principio democrático”, forma parte del pensamiento liberal y reconoce solo los derechos individuales. ¿Quiénes forman el “pueblo catalán”?
El “derecho a la autodeterminación de los pueblos” está admitido por el Derecho Internacional. La discusión se plantea sobre si ese derecho ampara el deseo de independencia de muchos catalanes. Lo que desde el Panóptico me gustaría explicar es que muchos debates políticos, jurídicos y éticos resultan decepcionantes porque en todos ellos se manejan conceptos confusos.
Hoy hablaré del “derecho a decidir”, tema muy atractivo para un historiador de los conceptos. Tal derecho no está recogido en ninguna legislación internacional, ni ha sido esgrimido en ningún movimiento de independencia.
Este Diario de Catalunya es una especie de Bildungsroman, la narración de un aprendizaje. Sólo pretendo aclarar mis ideas sobre la cuestión catalana, y eso me obliga a repensar temas que creía saber y de los que solo tenía un conocimiento superficial.
Hay una polémica sobre si se debe hablar de “lengua castellana” o de “lengua española”. Sin dudarlo, prefiero la denominación “lengua castellana”. Es la que permite comprender mejor su historia. Es también la recogida en el artículo 3 de la Constitución Española, que me parece especialmente acertado
A la Historia como ciencia le ha costado mucho trabajo liberarse de la instrumentalización política. Se la ha utilizado para fomentar la lealtad, aumentar la cohesión nacional, inflamar el orgullo patriótico o las pasiones identitarias, o para estimular el ardor bélico contra los enemigos.
La palabra “autodeterminación” es curiosa. “Determinar” es, según el diccionario, “decidir hacer algo”. Toda decisión deriva de un sujeto agente. Si alguien toma una decisión por mí, yo no he decidido. Entonces, si el sujeto está ya presente inevitablemente en la decisión, ¿no resulta redundante el prefijo “auto”?