Me gustan los mapas. Comprendo que en el siglo XVII los holandeses decoraran con ellos sus casas. Así se ve en los cuadros de Vermeer “Soldado y muchacha sonriente”, “El arte de la pintura”, “Mujer leyendo una carta”, o en “Los músicos” de Jacob Ochtervelt.
Nuestro comportamiento está dirigido por los diseñadores de metas (necesidades, deseos, proyectos) y por las emociones y sentimientos que van informando de los procesos de realización.
El que a estas alturas de la historia pueda preocuparnos la posibilidad de una III guerra mundial es el reconocimiento de un terrible fracaso de la inteligencia. Los colapsos éticos siempre nos llevan a la atrocidad.
Otro “ensayo GAMMA”. La evolución de las pasiones humanas, sus sutiles tramas, el modo como han ido dirigiendo la historia y plasmándose en instituciones me fascina. El domino afectivo que voy a estudiar es universal, permanente y poderoso. Su energía ha determinado nuestro pasado y nuestro presente. Forma parte de nuestra herencia biológica pero las diferentes culturas la han utilizado, expandido, formateado a su manera. Me refiero al caudaloso torrente emocional de la fama, la pertenencia a un grupo, la reputación, la gloria, el honor nacional