PANÓPTICO

El panóptico

Publicaciones mensuales de artículos relacionados con temáticas relacionados con temas de actualidad escritos por Jose Antonio marina en la sección de el Panóptico

Derecho de Autodeterminación de los pueblos

Por #DIARIO DE CATALUNYA, Número 36, Revista El Panóptico6 Comments

El “derecho a la autodeterminación de los pueblos” está admitido por el Derecho Internacional. La discusión se plantea sobre si ese derecho ampara el deseo de independencia de muchos catalanes. Lo que desde el Panóptico me gustaría explicar es que muchos debates políticos, jurídicos y éticos resultan decepcionantes porque en todos ellos se manejan conceptos confusos.

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Hay que liberar a las matemáticas de la supremacía blanca. - En España ha surgido la polémica por una mal explicada propuesta de enseñar las matemáticas en Primaria con un enfoque socioemocional y con perspectiva de género. Creo que se trata de un eco del movimiento woke del que hablo en este Panóptico: la exageración desquiciada de un objetivo elogiable. Una manifestación aún más clara es la propuesta de profesores de la Universidad de Claremont para “desmantelar la supremacía blanca” en la enseñanza de las matemáticas. Han publicado una guía titulada “A Pathway to equitable Math instruction 8-https://equitablemath.org/wp-content/uploads/sites/2/2020/11/1_STRIDE1.pdf)”, en la que se lee:” Vemos que la cultura supremacista blanca en la clase de matemática se manifiesta cuando el foco se pone en obtener la “respuesta correcta”, la práctica independiente se valora más que el trabajo en equipo o la colaboración” o “las estructuras de participación refuerzan las formas de ser dominantes”. Ya está circulando por centros educativos. El Departamento de educación de Oregon lo ha incluido en sus recomendaciones a los profesores del Estado. (Lincoln Graves: “Debate emerges over racism and white supremacy in Oregon math instruction”).

José Antonio Marina

Si fuera un genio malvado que quisiera dominar el mundo sin usar la fuerza sino convirtiendo a los humanos en esclavos felices, mi primera medida sería glorificar las opiniones y las preferencias individuales. Es decir, convencer a los ciudadanos de que sus opiniones y preferencias son respetables y que son ellas las que deben dirigir la política. Se preguntarán por qué esas cimas de la individualidad van a ser la antesala de la servidumbre voluntaria. Porque si las convierto en el último criterio para la acción, si niego que unas sean mejores que otras, si sostengo que cada cual debe actuar siguiendo las suyas propias, sólo tengo que influir en esas opiniones y en esas preferencias para adueñarme del comportamiento de las personas. Esto no es nada nuevo. Los sistemas de adoctrinamiento y de propaganda y publicidad lo han intentado siempre. Tiene poder quien puede controlar el comportamiento de la gente usando las cinco herramientas universales y eternas: la fuerza, el premio, el castigo, el cambio de opinión o creencias y el cambio de preferencias o deseos. Tener poder significa disponer de las herramientas para cambiar la conducta de la gente: la fuerza, el premio, el castigo, el cambio de opinión (creencias) y el cambio de preferencias (deseos).

José Antonio Marina

La democracia fácil es la que no desarrolla el pensamiento crítico y es por lo tanto una “democracia crédula”. Es también la que se basa solo en derechos y no en los correspondientes deberes, la democracia de la queja y la reclamación, pero no de la participación y es también la “democracia de las preferencias”. El problema está en que una democracia basada en las preferencias no puede proporcionar una idea coherente del bien común. Lo expliqué en el Panóptico 14, comentando el “teorema de la imposibilidad” de Kenneth Arrow. Daniel Innerarity, en “La democracia de los algoritmos” (EL PAÍS 7.8.2021) señala que en la “democracia algorítmica”, “nuestras preferencias son tomadas en consideración, pero se nos priva del momento de construcción deliberativa en el que esas preferencias no son meramente agregadas, sino que interaccionan con la otras. El problema de gobernanza algorítmica es que gracias a los algoritmos intervenimos en la expresión de preferencias e intereses, pero no en la construcción de una totalidad social deseable que nos habría permitido eventualmente modificarlos”. La democracia de los likes es demasiado elemental, emocional y manipulable. Fukuyama ha hablado de que la democracia puede fomentar una “felicidad blanda y fácil”, llevando incluso de dejar de valorar la libertad porque, como dice el título de una obra de Jean Paul Kauffman: La libertad es cansada (C’est fatigant la liberté).

José Antonio Marina

La enseñanza de la historia sigue planteando problemas. En Estados Unidos una serie de Estados republicanos – Texas, Idaho, Oklahoma o Tennessee, entre otros- han prohibido que la enseñanza de la historia culpabilice a los ciudadanos blancos, promueva el resentimiento, o preste demasiada atención a las páginas negras de la historia estadounidense. Hay críticas al Proyecto 1619, publicado en The New York Times, e ideado por Nikole Hannah-Jones, que recibió el Premio Pulitzer por el ensayo introductorio a este proyecto. que "tiene como objetivo replantear la historia del país colocando las consecuencias de la esclavitud y las contribuciones de los afroamericanos en el centro mismo de la narrativa nacional de los EEUU. El Proyecto 1619 fue criticado por historiadores y políticos conservadores. El historiador David Blight, profesor de Estudios afroamericanos de Yale, de raza blanca, advierte que todo país tiene un pasado que hace sentir incómodo a sus ciudadanos. “El movimiento conservador lleva medio siglo intentando de forma intermitente hacer retroceder la enseñanza de la parte más incómoda de nuestra historia porque creen que nuestra obligación es formar patriotas; pero nosotros no educamos a los jóvenes para ser solo patriotas, los educamos para que entiendan mejor la sociedad en la que viven y eso les puede hacer mejores patriotas”. Según Thimothy Snyder, “la guerra contra la historia es una guerra contra la democracia”: “La historia no es una terapia y el malestar forma parte del proceso de crecer”.

José Antonio Marina

Dos noticias de LA VANGUARDIA me han llamado la atención. La primera es que dedicasen su portada del domingo (15.8.2021) a una especie de rehabilitación de Jordi Pujol, con un titular: “La convergencia de Pujol con ERC”. El autor del artículo Josep Gisbert, escribe:” La receta de Pujol es clara: una vez visto que ni el independentismo es lo bastante fuerte para alcanzar la independencia ni España lo es para aniquilar a Catalunya, hace falta que las dos partes sean conscientes de la realidad y, ante el clima de impasse creado, hagan “un nuevo esfuerzo de acercamiento” y “sean capaces de encontrar un clima de diálogo”. También Pere Aragonès insiste en el diálogo. ¿A dónde podría conducir ese diálogo? Según Gisbert: “Para Pujol parece obvio que no será la independencia, y se conformaría con “un autogobierno de Catalunya que garantizara la identidad, la democracia y el progreso social y económico”. Y la ERC de hoy, aunque no lo diga, a buen seguro que no le haría un feo”. En el número del sábado 21.8.2021 LA VANGUARDIA publica el resultado de dos encuestas -una realizada por el Ayuntamiento de Barcelona, y otra por el Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalitat- que muestran un descenso del interés secesionista en la franja de edad 15-34 años, y un aumento de la aceptación del sistema autonómico. ¿Suponen estos datos un cambio de tendencia? Es difícil decirlo. La opinión pública es una realidad demasiado fluida e impresionable. Y el paso de la opinión al voto, más impredecible todavía. Gallimard acaba de publicar un libro dirigido por Gahin, Martínez Toledano y Piketty, titulado Clivages politiques et inégalités sociales. Los autores pretenden explotar las encuestas llevadas a cabo desde 1948 en una cincuentena de países, después de las elecciones más importantes. Aspiran a dibujar una verdadera cartografía mundial e histórica sobre las motivaciones de voto. ¿Por qué, por ejemplo, cuando las desigualdades socioeconómicas aumentan, los debates surgen sobre todo a propósito de la inmigración, la identidad nacional o la integración? Hay algunos datos comunes a EEUU y a Europa. El voto étnico sube en importancia, mientras que el voto de clase cuenta cada vez menos. En cambio, en Iberoamérica y en Asia sucede, al contrario. ¿Por qué sube o baja el interés identitario? Un dato más (27.8): después de oponerse durante mucho tiempo, Junts por boca de Jordi Sánchez, acepta sumarse al diálogo y aplazar la vía unilateral. Pero al mismo tiempo, la ANC prepara una Diada basada en la desconfianza hacia el diálogo. Después de haberse lanzado al agua el 1-O sin saber si había agua en la piscina, ahora parece que todo el mundo quiere nadar y guardar la ropa.

José Antonio Marina