Es difícil saber la duración, la profundidad, el impacto social de las modas o las corrientes de pensamiento. Lo que en un momento dado parece transcendente, puede resultar efímero. ¿Qué pasará con el movimiento woke?  Me llegan noticias que me hacen pensar que su fuerza se consolida. L’Express (26.8.2021) publica un artículo sobre los nuevos censores (sensitivity readers, relecteurs woke) contratados por las editoriales para detectar en sus libros algo que pueda ofender a alguna minoría. Le Point (26.8.2021) publica un artículo titulado “Como hablar de los talibanes y del burka cuando se es woke”. Lo preceptivo es considerar que las críticas occidentales al burka son una herramienta política para demonizar al Islam.

La amenaza de la izquierda iliberal

The Economist titula en portada “La amenaza de la izquierda iliberal”. Hasta ahora, la amenaza iliberal procedía de la derecha, pero está apareciendo en las universidades americanas una corriente iliberal de izquierdas. “Una agenda obsesionada con una estrecha visión de obtener justicia para los grupos identitarios oprimidos”. No critica la intención, sin duda buena, sino a los métodos.

The Economist piensa que están poniendo en práctica tácticas para reforzar la pureza ideológica, que recuerdan las utilizadas por los Estados confesionales. Las empresas contratan cursos para que los empleados se hagan conscientes del “privilegio blanco”. En las escuelas se están aprobando currículos woke.  El mes pasado el gobernador de Oregón firmo una orden que elimina para poderse graduar en secundaria las competencias en lectura, escritura y matemáticas hasta 2024, como una medida necesaria para promover la equidad para los estudiantes no blancos.  Seguiré informando.