¿En qué consiste esa felicidad que promete Jesús? En poseer el reino de los cielos, en recibir en herencia la tierra, en ser consolados, en saciar los deseos de justicia, en recibir misericordia, en ver a Dios, en ser llamados hijos de Dios, en obtener una recompensa en el cielo. ¿Y cómo se puede conseguir esa felicidad?
La valoración de la libertad creció paralelamente a la valoración de la autonomía y de la individualidad. Formaron parte de la búsqueda de la felicidad, pero ¿por qué Occidente eligió ese camino? ¿Por qué la línea evolutiva individual superó a la comunitaria? En este momento hay un cierto cansancio de la libertad, que expliqué en “¿Está la libertad sobrevalorada?”.
La evolución del afán de poder -en especial del Poder político, que escribiré con mayúscula- es una de las grandes fuerzas que definen la historia emocional de la humanidad. Es la pasión que más influencia social ha tenido. Para comprenderla debemos tener una concepción “nominalista” de la realidad social.
Desde que a principios de año comencé este Diario de investigación, he escrito unas seiscientas páginas, y una gran cantidad de fichas. Esta es la parte más sencilla. Ahora tengo que comenzar a seleccionar. Leer, estudiar, informarse es fácil porque es una “actividad pasiva”. La dificultad empieza al tener que “expresar” lo que se quiere decir.
Toda la información manejada para escribir El deseo interminable me hace ver la historia de la humanidad como la agregación con frecuencia imprevisible de miríadas de búsquedas individuales de la felicidad. Ese esfuerzo está impulsado por nuestros deseos y emociones, y aquí comienza el problema porque nuestro sistema impulsor no está integrado. Deriva de dos líneas evolutivas distintas.
¿Qué nos enseñan las guerras sagradas? Que las religiones movilizan emociones muy profundas, que esas emociones unen a grupos grandes, que pueden dirigirse contra los enemigos de la religión, que tienen una sobremotivación ética, y son creadoras de sentido. Movilizar esas emociones es una de las herramientas del poder.
La norma parece una reminiscencia arcaica en un mundo libre y creativo. Cuando escribí Teoría de la inteligencia creadora, no se me ocurrió incluir la ética dentro de sus actividades. Además, la ciencia o el arte son creaciones maravillosas ¿por qué no las sitúo en la cima de la inteligencia humana en vez de poner algo tan seco y coactivo como la moral o el derecho?
Encuentro en las historias de la felicidad pocas menciones a la comodidad. Entendemos por comodidad un modo de estar o de actuar agradable, fácil, blando, que no exige esfuerzo, sino que se amolda a nuestro gusto.