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3.4.2022.- La Historia en la nueva ley educativa

Acaba de publicarse el decreto con las enseñanzas mínimas para Educación Secundaria. La literatura pedagógica es complicada, por eso hay que aclarar que se ha optado por una educación basada en la adquisición de ocho competencias claves, a las que hay que añadir las competencias específicas de cada área, que deben aprenderse mediante unos saberes básicos. Simplificando, estos saberes básicos sustituyen a los antiguos programas de la asignatura. De precisar lo que tienen que haber aprendido los alumnos se encargan los criterios de evaluación.

La materia de Geografía e Historia se articula en tres bloques.

1

El primero titulado “Retos del mundo actual”

Debe contribuir a que en todos los cursos se preste especial atención a los desafíos y problemas del presente y del entorno local y global, y está destinado a despertar en el alumnado una mirada crítica y responsable.
2

El segundo se denomina “Sociedades y territorios”

Está organizado en torno a las grandes cuestiones que preocupan a la humanidad y que contribuyen a explicar el origen y la evolución de las sociedades a lo largo del tiempo y del espacio.
3

El último bloque está dedicado al “Compromiso cívico”

Tales cuestiones se presentan, de manera transversal, a través de las distintas etapas históricas, desde la Prehistoria hasta la Edad Moderna en los dos primeros cursos, y en el mundo contemporáneo en 3 y 4”.

De los tres bloques, el segundo es el más específicamente histórico. Es, en efecto, una historia de la evolución de las sociedades en sus aspectos políticos, económicos, sociales, religiosos, científicos y artísticos, es decir, en las cuestiones que han preocupado siempre a la humanidad. (Curiosamente, la única historia que está excluida es la de la filosofía). No prescribe una “Historia cronológica”, sino el estudio de temas que, a su vez, tienen que estudiarse cronológicamente. Incluye el nacimiento de las sociedades, los imperios, los grandes movimientos migratorios, la conquistas y la colonización. Las guerras, la evolución de los ejércitos y el papel de los civiles durante las guerras, el nacimiento de la autoridad, la lucha por el poder, la historia de los perdedores, la sumisión y la resistencia al poder, la historia de la ciencia y la tecnología, el tratamiento de la pandemia en la historia, la expresión artística en las diferentes culturas. Y la participación de España en los acontecimientos mundiales.

En los cursos tercero y cuarto se estudia la historia del mundo moderno, en especial la historia de las formas políticas. El paso de la servidumbre a la ciudadanía, la conquista de derechos individuales, los movimientos sociales, las tendencias artísticas, los sistemas económicos, la historia del siglo XX, el Holocausto, los movimientos feministas, el proceso de construcción europea, la historia constitucional española desde 1812 a 1978, el ordenamiento normativo autonómico, constitucional y supranacional como garante del desarrollo de derechos y libertades para el ejercicio de la ciudadanía.  La memoria democrática.

El enfoque me interesa porque se acerca a la Ciencia de la evolución de las culturas en la que trabajo. En las monografías de este diario pueden verse historias temáticas longitudinales. Pero tal como está diseñado el currículo sospecho que su realización va a ser inevitablemente chapucera. Al no tener un claro esquema cronológico -que puede ser elemental, pero “aprendido de memoria”- es muy difícil situar los tratamientos temáticos. Estudiar, por ejemplo, la evolución de la autoridad y del poder sin conocer al menos esquemáticamente la aparición histórica de los imperios, las monarquías, las revoluciones, las dictaduras, puede resultar evanescente. Lo mismo ocurre con la influencia de las religiones. Para reconocer su influencia habrá que estudiarlas y situarlas cronológicamente primero. He revisado los currículos de Educación Primaria por si ese esquema cronológico básico se estudiaba en esa etapa, pero no es así. Creo que la intención del currículo de Historia es buena, pero no está didácticamente mensurado y, como decían los antiguos, corruptio optimi pessima, lo pésimo puede ser la corrupción de lo óptimo, o dicho en castellano, “de buenas intenciones está lleno el camino del infierno”. Este currículo necesita estudiarse con más detenimiento.