Sigo mi aprendizaje del análisis pasional de las actividades humanas. Hoy quiero tratar como ejemplo la arquitectura. Las primeras construcciones sirvieron para protegerse, pero al concentrarse en ciudades aparecieron tres tipos de edificaciones con diferentes fines, es decir, fruto de diferentes necesidades, deseos y proyectos: las murallas, los palacios y los templos.
Cuido mucho de proporcionar a la inteligencia generadora información variada, porque confío en que hará buen uso de ella y me enviará a la conciencia ideas interesantes.
La búsqueda de la seguridad es una de nuestras motivaciones básicas, como señaló Maslow. La más fundamental en la pirámide de necesidades, después de las fisiológicas.
La guerra es una constante universal de la humanidad. Integra con tanta intensidad las pasiones humanas que es una insustituible ventana para observar el funcionamiento de la mente humana. ¿Podría tomarla como punto de partida para la historia de la felicidad que estoy escribiendo?
Las estadísticas de las batallas, los enfrentamientos entre naciones, la interpretación económica de los cambios sociales, son visiones verdaderas, pero ¿nos permiten comprender lo que sucedió?
El capítulo segundo del libro avanza. Se ocupará del nacimiento de la historia, de la aparición de los animales espirituales que somos nosotros. “Espiritual” significa que rigen su conducta no solo por estímulos físicos, sino por el manejo de representaciones.
¿Nacemos con un repertorio de deseos comunes a toda la humanidad? ¿Cuáles son? ¿Han cambiado a lo largo de la historia? Es evidente que la consideración del deseo ha cambiado y también la del “sujeto deseante”.
Ya he hablado en este diario de la venganza. Es un deseo universal, que me brinda la ocasión de mostrar como las grandes pasiones dirigen las acciones humanas, los movimientos sociales, y acaban sedimentándose en las instituciones.
Un proyecto creador comienza con un elemental “esquema de búsqueda”, cuyo objetivo desconoce, por eso tiene que avanzar a ciegas, tanteando. “¡Qué gran escritor sería yo si consiguiera escribir con el estilo que tengo en la cabeza!”