En La Coruña, invitado por la Fundación ABANCA, he hablado una vez más de la urgencia de darnos cuenta de que vivimos en una Sociedad…
He interrumpido el trabajo sobre El deseo interminable para preparar una conferencia que pronunciaré esta semana sobre humanismo y medicina. Pero cuando se está trabajando en un proyecto, tenemos desplegadas unas antenas que detectan todo lo que puede tener relación con él. Es un estado de receptividad que siempre me sorprende y encanta.
La idea de que toda la historia humana deriva de tres grandes pulsiones universales y permanentes, a las que acompañan como guías las emociones universales, y el pensamiento como herramienta expansiva y correctiva. Mis dudas proceden de que no se si esta idea es verdadera.
Cuando desde el Panóptico se estudia la evolución de las ciudades se comprueba que tiene su origen en la confusa búsqueda de la felicidad que ha movido siempre a los humanos, y que se concreta en tres objetivos: la comodidad, la calidad de las relaciones, el aumento de posibilidades.