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PANÓPTICO

El panóptico

Un proyecto creador comienza con un elemental “esquema de búsqueda”, cuyo objetivo desconoce, por eso tiene que avanzar a ciegas, tanteando. “¡Qué gran escritor sería yo si consiguiera escribir con el estilo que tengo en la cabeza!”, se lamentaba Flaubert. Es evidente que solo lo tenía como un vago esquema de búsqueda. Las actividades de búsqueda me parecen el aspecto más fascinante de la actividad creadora. Se concretan en lo que me gusta llamar “ensayos”, que como decía ya Covarrubias en 1611, significa entre los comediantes, la prueba que hacen antes de salir al teatro para ver la oportunidad y fineza de su actuación. Son “esbozos”, palabra que, como “buscar”, procede de “bosque”.

Se trata de encontrar la solución en un bosque de posibilidades. En Teoría de la inteligencia creadora estudié esos “pasos en falso”, dados en la literatura o los “pentimentos” (arrepentimientos) en la pintura. El trabajo científico también utiliza los “ensayos de laboratorio” para comprobar una hipótesis o la resistencia y calidad de un producto. En todos los casos, esos tanteos tienen que ser sometidos a un criterio de evaluación, que en la ciencia son criterios científicos, y en la creación artística, el propio gusto del autor. En este caso, puede aplicarse el verso de Rimbaud: “J’ai seul la clé de cette parade sauvage”. Sólo él sabe lo que es adecuado para su proyecto.

Mis libros intentan ser científicos, pero, al mismo tiempo, bien escritos. Por eso, mis “ensayos” intentan comprobar la solidez de los argumentos y, también, la eficacia de la exposición. En la redacción de cada uno de ellos he dedicado mucho tiempo a escribir intentos parciales, diferentes índices y versiones, para descubrir las posibilidades del tema, de los argumentos, o del modo de contar.

Con el que tengo en telar voy a hacer lo mismo. Necesito saber las posibilidades reales de contar la historia con el Método Gamma, descubriendo con rigor las pasiones que dirigen la historia, yendo mas allá de afirmaciones genéricas. Por eso, he dedicado estos días a aplicar el método a un gran acontecimiento histórico, profundamente pasional, que creó un “Mito”, un “esquema interpretativo”, que ha sido usado durante siglos. Me refiero a la Primera Cruzada.

Fue un acontecimiento de alto voltaje emocional, en el que sospecho que pueden identificarse diferentes “guiones motivadores”: el afán de poder, el fervor religioso, la atracción por lo extraordinario., el interés material. ¿Fue una conquista o fue una huida? ¿Se puede interpretar esa colosal movilización dentro del marco de la “búsqueda de la felicidad”?

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