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16.2.2022.- China como potencia ideológica

Por 16 de febrero de 2022marzo 10th, 2022Diario de un investigador privado, PANÓPTICO

Llevo tiempo insistiendo en que China no es solo una potencia económica y tecnológica, sino que está elaborando un potente sistema ideológico para enfrentarlo al sistema ideológico occidental. Su principal fuente de inspiración es la propia tradición china. Frente a la tradición belicosa de Occidente, propone la búsqueda de la armonía. Frente a una concepción única de los valores basada en el monoteísmo, una coexistencia de distintas ideologías. Frente a la razón individual, que busca la maximización del beneficio propio, la razón relacional, que busca la minimización de las hostilidades.

Llevo tiempo insistiendo en que China no es solo una potencia económica y tecnológica, sino que está elaborando un potente sistema ideológico para enfrentarlo al sistema ideológico occidental.

Frente al óptimo de Pareto, la “mejora de Confucio”, que busca aumentar el bienestar de los individuos a través de la mejora de la sociedad. Frente a la estrategia amigo-enemigo y los juegos de suma cero, la estrategia de cooperación y de juegos win-win. Todo esto lleva a reformular la actual teoría de las relaciones internacionales, articulándola alrededor del concepto Tianxia” (Montobbio, M., Ideas chinas. El ascenso global de China y la Teoría de las Relaciones Internacionales (2017)). Del trabajo que se está haciendo sólo conozco la obra de Zhao Tingyang, Yan Xuetong y Qin Yaqin. Voy a referirme hoy al libro de Zhao Tyngyang; Tianxia: una filosofía para la gobernanza global, (Herder, 2021), un libro cuya lectura recomiendo.

Al hablar de la gobernanza global, lo que supone gestionar la pluralidad, Zhao opone dos modelos: el imperio y el Tianxia. El imperio, cuya ideología fue ya elaborada por Roma, se basa en la conquista y la coerción. El Tianxia, aplicada en China por la dinastía Zhou (siglo XI-256 a.C), y atribuida a un fascinante personaje, el Duque de Zhou, se basa en la convicción, y en el beneficio de todos.

Tianxia significa “todo lo que existe bajo el cielo”, y se basa en la idea de que la paz no será posible mientras no convirtamos la actual realidad fragmentada en un mundo, donde no haya nada exterior. No se trata de unificarlo en un gobierno mundial, que conduciría a la tiranía, sino en un sistema que asegure a todos los Estados que las ventajas de formar parte de él son mayores que las de mantenerse fuera. Debe ser capaz de configurar entre los distintos Estados una situación de interdependencia de intereses y unas relaciones mutuamente provechosas garantizando así un orden mundial de seguridad universal.

El Tianxia conceptualiza el mundo como la superposición de tres planos: el físico, el psicológico y el político.

Su objetivo es llevar a los Estados a un sistema de coexistencia estableciendo diversos grados de cooperación a partir de la optimización de los intereses mutuos. El mundo se convierte en agente político. Los Estados siguen existiendo, pero dentro de una unidad más amplia, cuya finalidad no es la grandeza de los Estados, sino que está “orientado a la gente”. Confucio adoptó la Tianxia y afirmó que “pertenece al común”. Lo convirtió en una “ontología de la coexistencia” (la coexistencia es anterior a la existencia), y propuso una inteligencia relacional para alcanzar lo que Zhao llama “mejora de Confucio”: que toda mejora conlleve necesaria y simultáneamente la mejora de todas las partes concernidas. El objetivo de la racionalidad relacional es crear un orden social en el que la cooperación ofrezca siempre más beneficios que la competición. El Tianxia está dirigida por el pensamiento confuciano, que es fundamentalmente práctico: “Hay que formarse formando, y hay que mejorar, mejorando”.

Xi Jinping está relanzando estas ideas con su propuesta del “Sueño chino”, muy relacionado con el Tianxia. Citaré dos textos suyos:

Debemos alentar a todos los países para fortalecer la coordinación de políticas macroeconómicas, reformar los sistemas monetario y financiero, promover, liberalizar, y facilitar el comercio y la inversión, y propulsar el auge del crecimiento económico global

Xi, J. The Governance of China, BeijingForeign Languages Press, 2014, p. 356

El sueño del pueblo chino está íntimamente ligado al de los demás pueblos del mundo, por lo que en la materialización del sueño chino no podemos permitirnos prescindir de un entorno internacional pacífico y de un orden internacional estable. Debemos considerar tanto la situación nacional como la internacional con una visión de conjunto […] aplicar inmutablemente la estrategia de apertura basada en el beneficio mutuo y el ganar-ganar; insistir en la concepción correcta de la justicia y de los intereses […] (Xi, Informe presentado en el Congreso Nacional del PCCH), 2017, p. 12).

Esta idea dirige la construcción de la Nueva ruta de la Seda, un gigantesco plan de infraestructuras a escala mundial.

El Tianxia tiene a mi juicio un punto oscuro. Defiende la coexistencia de distintas ideologías, porque se ocupa solo de regular las relaciones entre Estados. Eso convierte al Estado en regulador de todo lo que sucede en su interior, pudiendo protegerse de valores extraños que quieran interferir en su vida.

La propuesta china está clara. El Tianxia es un proyecto atractivo, que tiene a mi juicio un punto oscuro. Defiende la coexistencia de distintas ideologías, porque se ocupa solo de regular las relaciones entre Estados. Eso convierte al Estado en regulador de todo lo que sucede en su interior, pudiendo protegerse de valores extraños que quieran interferir en su vida. La democracia liberal y los derechos humanos pueden considerarse entonces como una “ideología exterior”, que no debe afectar a lo que pasa dentro.  El Tianxia obraría como una “mano invisible” global, que acabaría mejorando la situación de todos los humanos. A pesar de estas objeciones, creo que debemos prestar mucha atención al modelo de gobernanza mundial que China está proponiendo.

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