En las relaciones sexuales se buscaba el placer. Pero los humanos comenzaron a reflexionar sobre la felicidad -un momento brillante de nuestra historia- y se preguntaron si la Felicidad era el placer. En general, les pareció una respuesta insatisfactoria, a mi juicio porque reforzaba sólo una de las herencias evolutivas: la centrada en el individuo.
Contemplar la historia “con rayos gamma” nos revela un juego de fuerzas, intereses, miedos, coacciones, odios, venganzas, poder. Eso es lo que quiero contar en El deseo interminable las pasiones que han movido la historia. Para comprobar las posibilidades y ensayar formatos o estilos de escritura, redacto las Monografías Gamma , que publico aquí. Son tanteos metodológicos, materiales de construcción.
La religión emerge al mismo tiempo que el pensamiento simbólico, y -como este es el principio de toda cultura-, la religión está presente en ese inicio como matriz. Dicho con una expresión que puede sonar demasiado aparatosa: toda cultura tiene una matriz religiosa.¿En qué me baso para hacer tal afirmación?
La teología ha intentado responder a las preguntas ¿qué experimentaran los cristianos tras la muerte? La variedad de respuestas, dicen, son decepcionantes para un teólogo, pero interesantísimas para un historiador.
Utilizar la pronunciación de una palabra como proceso sumarísimo para identificar a sus víctimas es un procedimiento usado en muchas ocasiones.
La ética, como ciencia inductiva de la búsqueda de la felicidad, puede servirnos de criterio para juzgar las culturas incluidas las religiones.
A partir de la evolución de las culturas, creo que podemos considerar criterios válidos para evaluar una religión concreta, los siguientes…
La Semana Santa me ha sorprendido redactando El deseo interminable, una historia de la evolución de las culturas interpretada como historia de la búsqueda de la felicidad. Era inevitable relacionar ambos hechos. Las religiones tienen una especial relación con la búsqueda de la felicidad.
Otro “ensayo GAMMA”. Nuestra especie es la más miedosa, porque la inteligencia añade miedos culturales a los miedos innatos, y porque la capacidad de anticipar nos hace más vulnerables ante posibles amenazas.
La redacción de El Panóptico sobre la existencia de Dios, me ha animado a escribir sobre la “historia emocional de las religiones” y su relación con la búsqueda de la felicidad.