Desde que a principios de año comencé este Diario de investigación, he escrito unas seiscientas páginas, y una gran cantidad de fichas. Esta es la parte más sencilla. Ahora tengo que comenzar a seleccionar. Leer, estudiar, informarse es fácil porque es una “actividad pasiva”. La dificultad empieza al tener que “expresar” lo que se quiere decir.
Toda la información manejada para escribir El deseo interminable me hace ver la historia de la humanidad como la agregación con frecuencia imprevisible de miríadas de búsquedas individuales de la felicidad. Ese esfuerzo está impulsado por nuestros deseos y emociones, y aquí comienza el problema porque nuestro sistema impulsor no está integrado. Deriva de dos líneas evolutivas distintas.
¿Qué nos enseñan las guerras sagradas? Que las religiones movilizan emociones muy profundas, que esas emociones unen a grupos grandes, que pueden dirigirse contra los enemigos de la religión, que tienen una sobremotivación ética, y son creadoras de sentido. Movilizar esas emociones es una de las herramientas del poder.
La norma parece una reminiscencia arcaica en un mundo libre y creativo. Cuando escribí Teoría de la inteligencia creadora, no se me ocurrió incluir la ética dentro de sus actividades. Además, la ciencia o el arte son creaciones maravillosas ¿por qué no las sitúo en la cima de la inteligencia humana en vez de poner algo tan seco y coactivo como la moral o el derecho?
Desde el Panóptico se ve el mundo evolucionando a diferentes velocidades. La estructura del cerebro nos proporciona una metáfora sugerente: los núcleos emocionales son muy antiguos y cambian con lentitud, mientras que la corteza cerebral es más moderna y aprende aceleradamente.
Encuentro en las historias de la felicidad pocas menciones a la comodidad. Entendemos por comodidad un modo de estar o de actuar agradable, fácil, blando, que no exige esfuerzo, sino que se amolda a nuestro gusto.
El modo de descansar y de evaluar el descanso ha variado a lo largo de los siglos, en parte de forma paralela a la evolución del cansancio. Como se trata de una necesidad básica proporciona una de las imágenes de la felicidad.
En su libro Histoire de la fatigue. Du Moyen Âge à nos jours, Georges Vigarello se hace dos preguntas: ¿Qué nos dice el cansancio acerca de la sociedad? ¿Qué es lo que la sociedad hace con el cansancio? Por mi parte, añado una tercera pregunta: ¿Qué relación tiene el descanso con la búsqueda de la felicidad?