Las religiones, ámbito donde aparece la idea de Dios, han acompañado siempre al ser humano, por motivos que solo podemos suponer. Es una creación humana estrechamente ligada con la búsqueda de la felicidad, por lo que tendrá protagonismo en nuestra historia. Unas religiones han encontrado su fundamento en la idea de Dios, otras en la idea de Absoluto o de Conciencia, como ocurre en las religiones hindúes. A pesar de que hace más de un siglo se anunció “la muerte de Dios”, a pesar de que en Europa el ateísmo crece, lo cierto es que la idea de Dios sigue presente. La lectura de un libro que ha tenido un gran éxito en Francia – Dieu. La science. Les preuves, L’aube d’une révolution – ha hecho que vuelva a plantearme tres preguntas que nos afectan a todos:
En el número 43 de El Panóptico de febrero intentaré contestarlas.
En mi opinión Dios es una figura omnipotente capaz de traer la «ataraxia» a las infatigable mentes humanas.
Personalmente englobaría el fenómeno Dios dentro del ámbito de lo «infinitamente creativo» que caracteriza el mundo simbólico humano (propio de un lenguaje abierto). Así la fe se entendería como un tipo de amor hacia un objeto desconocido pero que siembra «ataraxia» igual que lo haría un amor correspondido (por un padre, un hijo, una paraja….)
Todas las sociedades han necesitado inventar a un Dios convivencia. Del mismo modo que existe la moda para facilitar él no tener que discurrir por qué vestimenta llevar o disponer de un vehículo para nuestros desplazamientos.
A la pregunta que sí existe Dios : Lo cuestionamos del mismo modo que el que no sigue la moda o el que se cuestiona que un vehículo no es necesario si no hay desplazamientos largos que hacer.
Socialmente existe la obligación de respetar la norma generalizada porque no se acepta ir desnudo o cruzar a pie por carreteras esperando que los vehiculos interrumpan su marcha por tu presencia.
Si a la palabra Dios se añadiera Dios de la convivencia ,en esta formula cabe la aportación del pensamiento humano y no tendría aceptación. En cambio Dios ( omnipresente, sol , de las tinieblas , de las almas …..) se escapa de lo racional y no permite reflexión.
No puedo dejar de creer y confiar en Jesús, y él no puede dejar de creer y confiar en un Dios papá. Me los encuentro a los dos por todos lados