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¿Es posible un partido centrista?

Mi intención al escribir esta genealogía del presente es ayudar a comprender palabras que utilizamos continuamente sin precisar muy bien lo que significan. El vocabulario político está lleno de vocablos cuya significación no se puede conocer sin conocer su historia: democracia, derechos, soberanía, nación, voluntad popular, derechas, izquierdas, centro, laico, confesional, religioso y muchas más.

Los conceptos de izquierda y derecha se han desdibujado mucho, entre otras cosas porque muchas de las señas de identidad de la socialdemocracia –como el estado del bienestar- se han generalizado. Otras veces, porque ha habido un reparto arbitrario de los valores que defendía cada bloque: la “familia” se ha vuelto un valor conservador; la seguridad social, progresista; el mérito, conservador; la igualdad, progresista. En educación, por ejemplo, la calidad es conservadora y la equidad progresista. Esta distribución de los valores éticos se basa, frecuentemente, en una distorsión de la figura del adversario.

Las ideas políticas de Lakoff, un lingüista que se hizo famoso por sus estudios sobre la metáfora, están expuestas en No pienses en un elefante (Peninsula), Puntos de reflexión.Manual del progresista (Península), Política moral. Como piensan progresistas y conservadores (Capitan Swing).

Para la situación española resulta muy interesante la entrevista con Lakoff publicada en ABC.es (14/10/2007 ):

-Pregunta .En muchos países, los conservadores reivindican valores como la bandera, el himno nacional, los héroes, la patria y la lengua nacional. ¿Por qué a los progresistas no les gusta reivindicar esos valores?
-Respuesta. Porque son estúpidos. No quieren entenderlo. El patriotismo en una democracia es un valor progresista. En la democracia americana original, el patriotismo era un valor progresista. Protegían los derechos civiles, la libertad. Era básicamente un movimiento progresista. Los progresistas necesitan asumir el patriotismo. Esa es la democracia que deseamos. Un patriotismo constructivo. Pero no lo hacen. Por eso la gente piensa que son valores conservadores.
-P. ¿Hay una tendencia de los progresistas, ahora, de reivindicar valores conservadores, como la familia?
-R. Cuidado: nación y familia no son valores conservadores, sino progresistas. Cualquier familia, de cualquier tipo, está basada en la empatía, en un sistema ético, en la responsabilidad. Si usted no es un «padre estricto», sino un «padre protector» [son dos conceptos de Lakoff: el «strict father», republicano, y el «nurturing father», demócrata], entonces es un padre o madre responsable, uno que cuida sus hijos, que es responsable de ellos, los respeta y les enseña a respetar a gente. Eso es lo contrario del «padre estricto» conservador. El «padre protector», en cambio, pide a sus hijos que sean responsables, y su autoridad está basada en el respeto. Eso es progresista, es fiable. Una autoridad honesta, abierta, simpática, que se preocupa del pueblo.
-P.¿Por qué los conservadores reivindican más los valores familiares que los progresistas?
-R. Porque son muy listos. En Estados Unidos no lo hacían hasta los años setenta. Entonces los círculos más cristianos comenzaron a hacerlo.

La tercera vía

En los años noventa se intentó una refundación del socialismo. En Reino Unido gobernó Tony Blair, Bill Clinton en EEUU, Lionel Jospin en Francia, Gerhard Schröder en Alemania. El ideólogo principal fue el sociólogo Anthony Giddens, con su idea de “la tercera vía”. En opinión de Giddens, la socialdemocracia tenía sentido en un mundo bipolar, dividido entre el capitalismo norteamericano y el comunismo soviético, pero que dejó de tener vigencia con los cambios acaecidos desde el final de la guerra fría. “La meta general de la política de la tercera via” debería ser ayudar a los ciudadanos a guiarse en las grandes revoluciones de nuestro tiempo: la globalización, las transformaciones de la vida personal, y nuestra relación con la naturaleza”. La propuesta gozó de un éxito fulgurante y efímero en mi opinión porque no tuvo la necesaria profundidad conceptual.

El “capital social”

La idea de capital social me parece fundamental para un diseño de las políticas futuras, y dedicaré a este tema un próximo artículo. Ese concepto designa todos aquellos recursos que una sociedad pone a disposición de sus miembros para que puedan acceder a una vida digna. Incluye factores económicos, pero también educativos. Incluye los valores compartidos, la forma de resolver conflictos, la participación social, la ausencia de corrupción, la confianza de los ciudadanos en las instituciones y entre ellos mismos. Son factores necesarios para un buen funcionamiento de las instituciones políticas y económicas. En 1993, Robert Putnam publicó “Making Democracy Work”, defendiendo que el éxito de las instituciones depende del “capital social” de una nación, es decir, de un conjunto de relaciones, valores, patrones de conducta, modos de resolver conflictos. James Coleman mostró que el capital social influía decisivamente en el éxito de los sistemas educativos, y lo mismo sucede con temas como la criminalidad, las adicciones, o la violencia de género. Un buen objetivo para un “partido central” sería aumentar nuestro capital social.

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Únete 2 Comments

  • Jorge dice:

    Su reflexión es interesante, pero no acabo de estar de acuerdo con algunos conceptos, tanto en esta entrada como en la paralela de El Confidencial.
    Todavía no he leído el libro de Lakoff pero creo adivinar lo que quiere decir: la gente se construye «mapas mentales» y actúa en consecuencia.
    Pero en mi opinión, lo que haya dentro de ese «mapa mental» es un poco lo de menos. Lo importante es sentirse miembro de una comunidad, de un Yo Social dentro del que sentirse protegido.

    Las ideas políticas, tanto de derecha como de izquierda, han variado mucho. La derecha actual aboga por el neoliberalismo, pero hace cincuenta años el franquismo era todo lo contrario…, pero era de derechas.
    La socialdemocracia es progresista, pero cree en el mercado, la propiedad privada y en la libre empresa, lo contrario que el comunismo.

    Y hace un par de días Maroto, del PP, presumía que había más gays en su partido que en el colectivo LGB… Cosas veredes. La realidad es que la sociedad en su conjunto es progresista. Un votante conservador es sólo un votante progresista con veinte años de retraso. El divorcio, el aborto, los anticonceptivos, las relaciones pre-matrimoniales, el matrimonio homosexual, etcétera, son aceptadas hoy por los partidos conservadores y por la mayor parte de sus votantes.

    Lakoff habla de «patriotismo progresista». Sí, lo hay: el que defiende los derechos constitucionales. Un patriota español de verdad se enervaría si alguien ataca a un cómico por sonarse en la bandera, porque una de las esencias del estado español es la libertad de expresión. El problema es que la Patria es un concepto pseudoreligioso, irracional, que cada uno interpreta como quiere. Hay muchos valores que un patriota USA podría defender en su constitución, pero el patrioterismo al uso se complace en bombardear Afganistán y lo que se ponga a tiro.

    ¿Por qué no es posible un partido centrista? Creo que básicamente porque no tiene un rival enfrente. La gente se define como miembro de un grupo también en relación al «otro». Uno es de derechas más que nada porque no le gusta la gente de izquierdas que conoce, y viceversa. Pero, ¿cuál sería el oponente actual de un partido centrista? Ninguno.

    Lo contrario de un partido de centro, moderado, sería un partido extremista, radical. Si este existiera con fuerza, por ejemplo que VOX consiguiera el 40% de los votos, el resto de partidos tipo PP-PSOE-C’s se unirían en una coalición «moderada».

    Es lo que me parece interesante desde el punto de vista antropológico: en política se puede estar a favor o en contra de algo, pero nunca en medio. En medio sólo significa que te van a dar por los dos lados. Y sí, desgraciadamente quizás tenga uno razón al situarse en medio, pero la gente se mueve socialmente por emociones, no por razones.

    La gente se divide siempre en bandos: en dos bandos, raramente en tres.

  • antonio dice:

    España es diferente, los debates sobre ideología llegan tarde. Hoy en Europa, la ultraderecha nacionalista, y los progres ultranacionalistas, se ponen de acuerdo.

    Este fenómeno, se está produciendo en Cataluña.

    El ultranacionalismo, forma parte de las capas sociales totalitarias, y España tiene mucho lastre totalitario del pasado, del que ahora los progres quieren eso de: quítate tú, que me pongo yo.
    El centro es un ideal del homo sapiens, es el leív motiv, de la inteligencia constructiva.

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