En el libro de Catherine Colliot-Thélene – La Democracia sin demos (Herder)- encuentro información que también me sirve para el proyecto GAMMA. Cada cultura, en cada momento histórico, fija el modo de sentirse hombre, mujer, ciudadano, gobernante, cristiano, homosexual, etc. Técnicamente se llama “proceso de subjetivación”, modos distintos de pensarse como sujeto. A partir de esos modelos, que son sistemas de creencias transmitidos y asimilados, los individuos sienten y piensan. Ejemplos:
En resumen, quien se reconoce miembro de un grupo social hereda un modo preciso de “subjetivación”, de hacerse sujeto. Y esto incluye normas, creencias y estilos afectivos. (Algunas personas, por supuesto, pueden rebelarse).
Colliot-Thélene sostiene que la modernidad cambió la definición de “sujeto político”, al pasar del “súbdito” al “ciudadano”, lo que supone un cambio antropológico. Y añade que en este tránsito tuvo decisiva importancia el hecho de sentirse en posesión de “derechos” previos a la ley dictada por el gobernante, lo que se denominan “derechos subjetivos”. En Biografía de la humanidad hay muchas páginas dedicadas a esta historia.