¿Qué nos enseñan las guerras sagradas? Que las religiones movilizan emociones muy profundas, que esas emociones unen a grupos grandes, que pueden dirigirse contra los enemigos de la religión, que tienen una sobremotivación ética, y son creadoras de sentido. Movilizar esas emociones es una de las herramientas del poder.
Recomienda el libro Russia’s New Authoritarianism: Putin and the Politics of Order’ de David G. Lewis, que analiza la influencia de Carl Schmitt en la Rusia moderna.
Hay dos ideas de Schmitt que se han hecho populares
Ante los sucesos de Ucrania muchos se preguntan si estamos en el comienzo de una guerra mundial. ¿Nos sirve para algo recordar el comienzo de las dos grandes guerras europeas? Ambas terminaron con la derrota de la nación que las declaró, Alemania. No tuvieron motivos económicos.
La pandemia primero y la agresión a Ucrania después han puesto de manifiesto la necesidad de cooperación entre las naciones. La tendencia es a la unidad, no a la fragmentación. Por eso, resulta anacrónica -además de disparatada- la aparición pública de Junqueras y Otegui comparando la situación del País Vasco y Catalunya con la Ucrania invadida por el ejército ruso.
Teniendo en cuenta que el PIB de EEUU es de 18 billones y el chino de 12, Rusia es una potencia económicamente mediana. ¿De dónde viene su poder?
Un gobierno es insensato cuando toma decisiones que ya son consideradas contraproducente en su momento histórico, pero aun así se toman. Todo el mundo está de acuerdo en que una invasión de Ucrania es perjudicial para todos, pero eso no garantiza que no se vaya a hacer.