Desde el Panóptico, se contempla un mundo a dos velocidades: tecnológicamente muy avanzado, pero mentalmente anclado en programas ancestrales. La guerra de Ucrania es una prueba evidente.
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Desde el Panóptico, se contempla un mundo a dos velocidades: tecnológicamente muy avanzado, pero mentalmente anclado en programas ancestrales. La guerra de Ucrania es una prueba evidente.
En este momento trabajo mucho para escribir una historia de los deseos humanos, de nuestra permanente búsqueda de la felicidad, que ha ido produciendo a lo largo de la evolución esas colosales creaciones que llamamos “culturas”. ¿Hemos tenido siempre los mismos deseos?