Artículo anteriorHace un par de años, Steven Levitsky y Daniel Ziblatt publicaron “Cómo mueren las democracias”. Avisaban que en las sociedades democráticas el descontento hacia la política podían provocar “Golpes de Estado” desde dentro de la democracia. Lo que ha sucedido en EEUU debe hacernos pensar. Me parece una estupidez despachar la figura de Trump diciendo que es un loco o un bruto. Por desgracia no es así. Es el representante de un modo de hacer política, con la ayuda de los nuevos medios de comunicación, con una ideología más articulada de lo que parece. Por eso es peligroso.
Artículo siguienteTal vez por las fechas, la nostalgia está en los papeles. Días después de haber escrito lo anterior, el 31 leo un artículo de Celia Maza en EL CONFIDENCIAL, titulado “El psicodrama del Brexit: cuando la nostalgia se convierte en arma política”, del que copio un párrafo: “Lo que me asusta de la nostalgia es que se ha convertido en un arma política. Los políticos han creado la nostalgia para una Inglaterra que nunca existió. Y a la que venden como algo a lo que podemos regresar”, explicaba el recién desaparecido John le Carré en una entrevista con la BBC el año pasado. El novelista británico, cuyo nombre real era David Cornwell, fue el espía que narró la Guerra Fría. Siempre fue sumamente crítico con el Brexit. ¿Es la nostalgia la que nos ha traído hasta aquí?
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