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José Antonio Marina y su equipo de detectives no cesan de investigar en la nueva temporada de “Los casos de Mermelada. Agencia de detectives”.
Esta temporada volvemos con un claro objetivo. La gran función de la inteligencia es comprender lo que pasa y resolver problemas. Pues vamos a dedicarnos, siempre con la ayuda de nuestros escuchantes, a resolver problemas que afectan a la vida diaria.

El próximo domingo 17 de septiembre abrimos nuestra agencia de detectives: MERMELADA con casos muy interesantes.

Casos abiertos de la nueva temporada

Primer caso

En este primer programa de la temporada vamos a analizar las modas: ¿Por qué se tatúa la gente?

Segundo caso

Nos gustaría que nos contarais cuáles eran las chuches de su infancia, porque nos permitiría hacer una “historia económica mínima”, la historia de la economía infantil.

Puedes seguirnos a través del programa “No es un día cualquiera” de RNE, que dirige y presenta Pepa Fernández los sábados y domingos por la mañana.

Únete 6 Comments

  • Sobre la moda de los tatuajes
    Mi hija mayor vive en Londres. Cuando mi nieto era pequeño hace 20 años atrás solía viajar a menudo para ayudarla con el cuidado del niño. por entonces vivía en Portobello frente a un estudio de tatuaje. era normal en un barrio tan peculiar… pero al ir pasando los años se encontraban este tipo de locales por doquier. en Estocolmo, que es la ciudad donde vivo, por entonces no era normal ni estos locales ni gente con tatuajes a la vista… quizás en alguna cervecería en lugares cerca de los estadios los días de fútbol y quizás algún marinero viejo… ya que Estocolmo es ciudad portuaria. Hoy en día la cantidad de personas tatuadas es increíble. pero lo que más me llama la atención es la disparidad de dibujos que adornan los cuerpos, la mayoría sin ton ni son, más bien parecen esos dibujitos de alumnos en sus cuadernos… por aquí unas palabras, o florcitas o signos que no se entienden.
    sin embargo tengo dos historias pequeñas. la primera: subí de prisa al metro y me senté en el único asiento libre y frente a mi estaba una mujer rapada pero con toda la cabeza, brazos y piernas tatuadas no solo de azul sino con mucho colorido. pues veras, me nació de repente una pregunta terrible que no pude retener y le pregunté simplemente cuánto le había costado pagar por todo el tatuaje. Me miró y se puso a reír y me dijo que el mayor costo había sido el dolor que soporto. el dinero solo eran horas extras. Lo más llamativo de este diálogo fue la reacción de las personas que estaban cerca y escucharon la conversación, muy típico de Suecia fue que todos miraron para otro lado, haciéndose los suecos…
    la segunda historia: yo colaboro con una asociación que tiene un local muy lindo en el centro de la ciudad, donde van personas de distintas edades y con experiencias de vidas muy diversas. durante una actividad hace unos años atrás, antes de la pandemia, una dama de unos 40 años (yo tengo 69 hasta unos días más) por un descuido se mojo el brazo al caerse un jarrón para las flores y entonces se arremangó la manga de la blusa. entonces le vi un tatuaje en la muñeca. Fui a la cocina a buscar un paño para reparar el desastre del agua sobre la mesa de la sala. Cuando la actividad terminó me preocupé de salir a la calle junto con ella y le dije que sabía que no era de mi incumbencia pero quería preguntarle por qué tenía ese tatuaje porque por su edad ella no podía ser víctima del nazismo. su respuesta fue directa y me dijo lo siguiente: “No olvidar 110795” la mire extrañada y me dijo “Srebrenica” Entonces entendí. Justo esos días en el trabajo de solidaridad se recibían noticias espantosas de la masacre, el terrible genocio que se vivía en Europa.

    Sobre los chuches
    por entonces vivía en Santiago de Chile. Mi padre tenía una rotisería y mi familia panaderías y era muy accesible todo tipo de golosinas y por eso no me gustaban… no tenían ninguna gracia, pero cuando iba con mis primos al cine (de preferencia al cine España algún fin de semana) compramos dulces en la Confiteria Serrano que tenía sabores especiales y llamativos como fruta confitada. recuerdo un sabor y forma especial era de cáscara de sandía, otros eran de batata, manjar con nueces, membrillo y alcayota… siempre he pensado que si algún día regreso a Chile lo primero que buscaré será esta confitería y luego el mercado central!

    gracias por tu maravilloso intento de hacernos participar en el intercambio de historias. Saludos fraternos desde Estocolmo Suecia con un gran corazón gallego.

    Milagros Fernandez

    • MARICARMEN ROLDÁN dice:

      Sobre las chuches:
      Soy Maricarmen de Valladolid (nacida en 1972). Como la propina en mi infancia era escasa (4 hermanos, como único ingreso el el sueldo de mi padre y una madre haciendo filigranas para llegar a fin d mes), recuerdo que yo quería q me gustase el «regaliz de palo» porque era barato y duraba mucho -yo veía a mi amiga Esther que lo mordisqueaba durante horas y aquello no tenía fin- pero cesé pronto en el empeño porque su sabor nunca me gustó, así que me dediqué a las pipas y a ahorrar para ositos de gominola.

      Espero que mi comentario os guste y sea útil a la agencia Mermelada.
      Gracias. Salu2.

      • jose antonio marina dice:

        Querida Maricarmen, gracias por tu información. Me gustaría saber si la expresión «regaliz de palo» era corriente entre los niños. En general se lo llama «paloduz», aunque, en efecto, es la raiz del regaliz. Un saludo

    • jose antonio marina dice:

      Querida detectiva, gracias por tu información, que nos ha interesado mucho. El tatuaje para recordar me ha impresionado. Espero que sigas colaborando. Un cordial saludo

  • David MARTÍN dice:

    Hola José Antonio, gracias por tu agencia de detectives.
    Respecto de los tatuajes, creo que es importante, como siempre, no generalizar, pues no hay una única causa. En la historia siempre se ha considerado el tatuaje como la forma de recordar aquello que no se quiere o se debe olvidar.
    Pero creo que en la actualidad, se ha convertido en una moda más. Esa moda empieza con la exhibición y exaltación de la belleza corporal, como ideal social. Y continúa con la diferenciación o individualización del propio cuerpo como exclusivo.
    El tatuaje de moda, implica la necesidad de mostrarlo y presumir del mismo.

    Respecto de las chuches, soy de 1966, y en los años 70, mi chuche preferida era el Flas golosina. Un líquido con un colorante de sabor que se podía congelar y disfrutar como un polo. Pero sobre todo, aunque se aleja del concepto chuche, los donuts.

    Espero haber ayudado en la investigación.
    Gracias de nuevo

  • María del Mar Crespo dice:

    Mi chuche favorita ha sido la Nube, primero por el color rosa «chicle», después entraba en juego el olfato, que catalizaba la compra, y por último, la esponjosidad al tacto y cómo se deshacía en el paladar, dejando ese sabor «rosa»

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