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16.1.2023.-  Objetivo necesario: una historia de las soluciones

Quería escribir un post explicando por qué conviene interpretar la historia como una serie de soluciones -con frecuencia fracasadas- a problemas planteados por la búsqueda de la felicidad. Acudí, como siempre, a mi Archivo y tropecé con muchas líneas que me llevaban a Nicolai Hartmann, autor oceánico que estudié con gran interés hace más de treinta años. Una vez más compruebo que muchas de las cosas que pienso han sido influidas por lecturas que he olvidado. Mejor dicho, que creía haber olvidado, pero cuyo recuerdo continua al parecer activo. El Archivo me permite descubrir la estratigrafía de mi memoria.

«A Hartmann le interesaba el “pensamiento problemático”, que va de abajo arriba, parte de los problemas, se enfrenta con ellos e intenta buscarles soluciones»

 

Nicolai Hartmann fue, a mi juicio, el gran filósofo del siglo XX. Me parece injusto que su figura fuera oscurecida por Heidegger que fundamentalmente escribió “literatura poética para filósofos”. Hartmann fue el último filósofo que reconoció la necesidad de elaborar un sistema completo. Y lo intentó.  Por eso escribió sobre ontología, teoría del conocimiento, ética, estética y filosofía de la cultura. Sin embargo, estaba en contra de los sistemas a lo Hegel que creían tener la respuesta a todas las preguntas. Este “pensamiento sistemático”, presuntuoso y soberbio, que desciende desde las alturas a la realidad, le parecía equivocado. Acaba convirtiéndose en una ideología. A Hartmann le interesaba el “pensamiento problemático”, que va de abajo arriba, parte de los problemas, se enfrenta con ellos e intenta buscarles soluciones. Al final, el conjunto de soluciones irá configurando un sistema coherente. Este sistema capaz de aprender continuamente, abierto siempre a nuevos conocimientos, y por ello, nada dogmático, es el objetivo máximo de la filosofía. Estoy de acuerdo con él.

Hablando de la historia de la filosofía, Hartmann considera que el pensar filosófico -yo diría que el pensamiento científico en general- pasa por tres fases:

(1) descripción del fenómeno


(2) planteamiento riguroso de los problemas y


(3) teorías para intentar resolverlos.

 De las tres, considera fundamental el reconocimiento y elaboración de los problemas, que son “suprahistóricos”. Nos han acompañado a lo largo de nuestra historia. Las soluciones no suelen ser definitivas, son provisionales, pero nos permiten avanzar.

Necesitamos una historia de los problemas fundamentales de la humanidad, y de las soluciones que se han puesto en práctica, para compararlas y evaluarlas.

Creo que este enfoque debe aplicarse a toda la historia humana: el arte, la ciencia, la política, las costumbres, el derecho, son soluciones dadas a diferentes tipos de problemas. No todas ellas han sido válidas. Muchas atrocidades han sido consideradas soluciones a un problema, pero fueron falsas soluciones o soluciones perversas que creaban más problemas de los que pretendían resolver. Pero si sabemos aprender de ellas -tanto de las buenas como de las malas- estaremos en mejores condiciones para encontrar la salida. Necesitamos, pues, una historia de los problemas fundamentales de la humanidad, y de las soluciones que se han puesto en práctica, para compararlas y evaluarlas. Martha Nussbaum señala con razón la necesidad de “enseñar a pensar en función de problemas humanos comunes, de esferas de la vida en las que los seres humanos, sin importar donde vivan tienen que elegir. Comenzar a hacer una comparación intercultural de estos problemas comunes nos permitirá reconocer una humanidad compartida y, al mismo tiempo, reparar en las considerables diferencias en los modos en que las diferentes culturas e individuos se han enfrentado entre sí”. (El cultivo de la humanidadAndrés Bello, 2001, P. 185).

Estudiar de esta manera la historia no es sólo importante para comprenderla, sino que tiene una excepcional importancia educativa. El “aprendizaje basado en problemas” (Problem-based Learning) ha demostrado su eficacia pedagógica. (Duch, B. Problems: A Key Factor in PBL, Centre For Teaching Effectiveness, University of Delaware, 1999; Barrows HS, Tamblyn, R. Problem-Based Learning: An Approach to Medical Education. New York: Springer, 1980.).

Pero en el caso de la historia no se trata solo de utilizar un planteamiento problemático como instrumento pedagógico, sino de considerar que la historia misma es una sucesión de problemas, Esta es la tarea de la Ciencia de la evolución de las culturas. Analiza el origen de los problemas, observa si son reales o ficticios, y analiza las soluciones propuestas que pueden, a su vez, generar otros problemas, que se presentan, así como de primera, segunda, tercera generación, etc. El análisis de esta marcha de la inteligencia sugiere la necesidad de distinguir entre problemas, conflictos y aporías. Pero este tema ya merece otro post.

 

 

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