En el siglo pasado aparecieron dos grandes movimientos censores del arte: el que derivaba de la ortodoxia soviética y el que derivaba de la ortodoxia…
El movimiento woke es uno de los temas que aparecen periódicamente en este Diario porque creo que forma parte de nuestra situación cultural. Hoy vuelto a tratarlo porque el aspirante a la Presidencia de EEUU Ron DeSantis ha dicho que en caso de ser presidente continuará la cruzada contra el progresismo y la “turba woke” que, y comenzó como gobernador de Florida con la Ley Stop Woke, que prohíbe enseñar en la escuela la “teoría crítica de la raza” y hablar de diversidades sexuales. (Por cierto, el presidente Macron también se ha posicionado contra la cultura woke).
La protesta contra la “racialización” o el “indigenismo” acaba convirtiéndose en un racismo de nuevo cuño.
A mediados de la década de 1990, se introdujeron en las universidades cursos sobre la “blanqueidad”. Su fin es denunciar la construcción social de la “superioridad racial blanca”, utilizada para justificar la discriminación contra los no blancos.