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“Epifanía” es una palabra griega muy bella. Significaba “brillar”, manifestarse algo luminosamente. Me interesa la importancia que dio a esa palabra un famoso escritor James Joyce. Llamaba “epifanías” a esos acontecimientos tal vez insignificantes, pero que pueden resultar admirables porque son luminosos.

Por eso quiero poner otro reto a nuestros escuchantes, a los que invito a formar parte del Club de escritores de Mermelada agencia de detectives. Voy a proponerles que colaboren en un proyecto que se va a llamar “Historias de cosas”. En Mermelada investigamos cosas muy extrañas, pero de gran importancia. Pueden enviar una historia sobre un objeto que tengan en casa. No más de doscientas palabras. No tiene por qué ser un objeto especial, puede ser una sartén, o unas zapatillas viejas que se resisten a tirar, o una planta que intentan que sobreviva en una ventana… Espero que nuestros “cazadores de epifanías” se animen.

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