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02.2.2022.- A propósito de Nadal: ¿Qué es la fuerza mental?

El magnífico triunfo de Rafael Nadal se ha atribuido en todos los periódicos a una misteriosa “fuerza mental”. ¿Qué es eso? Se supone que es algo que va más allá de la fuerza física, pero realmente no es decir nada. ¿Qué hace? ¿La suplementa, la sustituye, aumenta? Desde El misterio de la voluntad perdida hasta Proyecto Centauro, he intentado durante años descubrir su secreto y elaborar una pedagogía para fomentarla.

Muchos conceptos intentan apresar el fenómeno: “fuerza de voluntad”, “energía espiritual”, “fuerza moral”, “fuerza de las convicciones”, “fuerza de carácter”, “capacidad de concentración”, “resistencia”, “capacidad de soportar el esfuerzo”, “resiliencia”,” dureza” (hardiness), perseverancia, capacidad de aplazar la recompensa”. En los últimos años, se han introducido dos nociones: la “fuerza del ego” y el “effortful control”. (Esta es una expresión difícil de traducir. Utilizaré “control del esfuerzo”). Baumeister sorprendió al afirmar que la fuerza de voluntad es limitada, y que con el esfuerzo se produce una “depleción del yo”, un debilitamiento de la energía de la voluntad, que le hace más vulnerable a la tentación. La teoría del “control del esfuerzo” indica que es una función ejecutiva que se va desarrollando en el niño. Está relacionada con el cultivo de la atención voluntaria. Una de las investigadoras más sobresalientes en este tema es la española Charo Rueda, que acaba de publicar Educar la atención (Alianza 2021), un libro que tiene el especial encanto que emerge cuando un gran investigador difunde sus conocimientos. Se lo recomiendo.

La antigua idea de “voluntad” nos decía que era una facultad innata. Ahora sabemos que no es ni una ni innata.

La solución que propongo integra muchas otras. Creo que lo que antes se llamaba “fuerza de voluntad” es el hábito fuerte -casi un acto reflejo decía Eysenck- de obedecer las indicaciones de la inteligencia. Las convicciones, por ejemplo, las religiosas, dirigen la acción si el sujeto ha establecido con ellas ese hábito fuerte de obediencia. La antigua idea de “voluntad” nos decía que era UNA facultad INNATA. Ahora sabemos que no es ni una ni innata. Se aprende, como todos los hábitos, por entrenamiento y está facilitada por otros hábitos afectivos, como la resistencia, la capacidad de aplazar la recompensa, el sentimiento de deber, etc.

Para el proyecto GAMMA, el tema es de gran interés. Es posible que la capacidad de autocontrol haya aumentado a lo largo de la historia. Ese es el núcleo de la obra de un gran historiados, Norbert Elias. Ruth Benedict en Patterns of Culture y Geert Hofstede han mostrado que las culturas difieren en el modo de valorar y fomentar el autocontrol y Alfredo Ardila (Universidad de Miami) ha estudiado su evolución histórica. La actualidad de Nadal nos lleva a territorios muy lejanos. Ese es el encanto de El Panóptico.

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