En su último libro – Poder y progreso, Deusto, 2023- escrito con Simon Johnson, Daron Acemoglu menciona una nueva oligarquía, que tendremos que estudiar: la tecnológica. Ha aparecido “una oligarquía con una nueva visión: una camarilla de líderes tecnológicos con orígenes similares, una visión del mundo parecida, unas pasiones comunes y, por desgracia, unos ángulos muertos casi idénticos. Es una oligarquía porque se trata de un pequeño grupo con una mentalidad compartida que monopoliza el poder social y desprecia sus efectos perjudiciales sobre las personas sin voz ni poder, La influencia de este grupo no proviene de tanques y misiles, sino de su acceso a los pasillos del poder y su influencia sobre la opinión pública. Esta oligarquía resulta tan convincente porque disfruta de un gran éxito económico”. También, porque tiene carisma y ha seducido a “los influyentes guardianes de la opinión pública: periodistas, líderes empresariales, políticos, académicos y todo tipo de intelectuales” (44).
Los colosales poderes de la tecnología sólo serán beneficiosos si la sociedad es capaz de “redirigir el cambio tecnológico”
La conclusión a la que llega es tajante: “Controlar a esta oligarquía moderna es fundamental. Ha llegado el momento de actuar”. Los colosales poderes de la tecnología sólo serán beneficiosos si la sociedad es capaz de “redirigir el cambio tecnológico”. “El origen de nuestros problemas actuales está en el enorme poder político, económico y social que tienen las empresas, sobre todo las del sector tecnológico. El poder concentrado de las empresas socava la prosperidad compartida porque limita el reparto de los beneficios que genera el cambio tecnológico, pero su impacto más perjudicial tiene que ver con la dirección de la tecnología, excesivamente orientada a la automatización, la vigilancia, la recopilación de datos y la publicidad. Para recuperar la prosperidad compartida, tenemos que redirigir la tecnología, lo que significa poner en marcha una nueva versión de la estrategia que funciono hace más de un siglo con el movimiento progresista” (411)
Los autores consideran que es necesario fortalecer los poderes compensatorios, a partir de la sociedad y de acciones estatales, y enumeran las siguientes estrategias:
- Organización de los trabajadores
Acciones de la sociedad civil, aisladas o conjuntas
Incentivos del mercado para fomentar la reorientación
Fragmentar las grandes tecnológicas
Reforma fiscal
Liderazgo público para redirigir el cambio tecnológico
Protección de la privacidad y la titularidad sobre los datos
Hacer responsable a las plataformas tecnológicas de la distribución de falsedades
Impuesto a la publicidad digital.
Esta colaboración de acciones políticas ciudadanas y gubernamentales son un ejemplo más de la teoría que Acemoglu expuso en El pasillo estrecho. La libertad se mueve en el terreno abierto por la colaboración de un Estado fuerte y una sociedad fuerte también.