¿Por qué tienen tanto éxito? ¿Cómo es el perfil psicológico del conspiranoico? The Guardian Week (20.11.2020) publica un informe titulado ¿Está internet rompiendo nuestra comprensión de la realidad? Encerrados en casa, se vive en Facebook, patria de las conspiraciones.
Sigo la pista a
QAnon y otras teorías de la conspiración
Artículo anteriorNacho Cardero, en El Confidencial, sostiene que Mariana Mazzucato es la economista que va a guiar la recuperación económica española. No caerá esa breva. La sigo desde que en 2011 publicó The entrepreneurial State, porque apoyaba mi idea de que frente al Estado interventor socialista y al Estado mínimo conservador hay una tercera posibilidad: un “Estado promotor”, que animara, fomentara, apoyara las iniciativas de la sociedad civil. El Estado ineficiente es una realidad, pero no tiene por qué serlo. Es, por cierto, la misma idea que Stiglitz defiende en Creating the Learning Society, y en el recién traducido El capitalismo progresista
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La situación en EEUU es inverosímil. Algunos medios de comunicación se preguntan si Trump podría encabezar un golpe militar. Kelli Ward, máxima responsable de los republicanos de Arizona, pidió por twitter a Trump que “cruzara el Rubicón”. Si sabía lo que decía, esto era animarle a que llevara las tropas a Washington. El general Michael Flynn, breve consejero de seguridad nacional en el 2017, ha defendido en televisión la opción de desplegar tropas en varios estados clave para dejar sin valor las elecciones. Al parecer, Trump le ha invitado a la Casa Blanca para conocer la viabilidad de la propuesta. Max Boot en The Washington Post se pregunta “¿Existen dudas de que Trump daría el visto bueno si encontrara a un general en activo dispuesto a realizar este complot contra Estados Unidos? En este caso, lo único que preserva la Constitución es la fidelidad de los militares al Estado de derecho”, añadió. No exageran quienes acusan a Trump de querer convertir EEUU en una república bananera. Si estuviéramos en la Europa de los años 20, la situación sería extremadamente peligrosa. ¿Lo es en la América del siglo XXI?
José Antonio Marina28 de diciembre de 2020
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Joe Biden carece por completo de carisma. Y, eso, me resulta muy interesante. El carisma tiene un prestigio que no merece. Sirve para alcanzar el poder, sirve para movilizar, pero no sirve para gobernar. Trump ha sido un presidente carismático y su capacidad de arrastre de sus masas puede dar muchos quebraderos de cabeza a Estados Unidos. Kennedy fue carismático, pero quien consiguió el gran avance en los derechos civiles fue el anticarismático Johnson. Obama era carismático y, a pesar de sus logros, el hecho de que constantemente se le estuviera comparando con las expectativas despertadas, difuminó un poco su figura de gobernante.
José Antonio Marina19 de diciembre de 2020