Las siete ideas del filósofo José Antonio Marina (85 años) para entender las ventajas de la madurez y vivirla con plenitud
“Hemos dado demasiada importancia al trabajo y no a los hobbies, muchos mayores están en pasividad mental”, afirma Marina, filósofo, escritor e investigador
José Antonio Marina es un referente de la filosofía en España, un referente. Sus ideas hacen reflexionar, enseñan y ponen de manifiesto una gran sabiduría. El también escritor nació en Toledo en 1939, y ha conseguido hacer compatible sus investigaciones sobre la inteligencia con su labor como profesor de Filosofía y sus estudios relacionados con la fenomenología, la psicología genética, la neurología y la lingüística. Ha publicado decenas de libros y ha ganado premios como el Anagrama de Ensayo, el Premio Nacional de Ensayo, el Premio Juan de Borbón al mejor libro del año, y la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha (2007).
En su último libro, El club de los buscadores de soluciones, invita a los adolescentes a “generar el talento suficiente para resolver los problemas que se nos vienen encima”. En una entrevista reciente a La Vanguardia ha expuesto una nueva lección magistral sobre cómo entender al ser humano, también cuando se enfrenta a la edad madura. Repasamos algunas de sus mejores frases e ideas.Lee también
El talento anciano
“Cuando el uso de la inteligencia es bueno, utilizo la palabra talento, y esto me da un repertorio muy amplio, porque, en cada momento vital, la inteligencia como estructura es una y tiene su propio talento. El talento de la ancianidad es especial, porque hay algunos cambios cognitivos y afectivos. Por ejemplo, una inteligencia sénior tiene un tipo de memoria diferente, que asimila con menos rapidez que en otras edades, pero puede hacerlo de una manera más integrada”.
Una inteligencia sénior tiene un tipo de memoria que asimila de una manera más integrada
José Antonio Marina
La experiencia y cómo usarla
“La experiencia de por sí no enseña nada a nadie. Hay que saber cómo querer aprender de la experiencia para que sirva para algo. La memoria se va a quedar con las cosas que le parece, y eso no es aprender, sino almacenar recuerdos. Hay que tener una actitud especial para aprender de la experiencia, y hay que cultivarla”.
La pasividad mental por falta de hobbies
“Muchas veces lo que creemos que son fallos de memoria son fallos de interés. En España, sobre todo los hombres, hemos dado demasiada importancia al trabajo, que justificaba la personalidad social, y no hemos cuidado los hobbies. Muchas personas no han tenido ninguna afición, salvo ver el fútbol. Y cuando tienen mucho tiempo, no les interesa nada. Al no interesar nada, no guardan nada de la memoria. Al no guardar nada de la memoria, se dan cuenta de que efectivamente están en un estado de pasividad mental. Hay que pensar que envejecer supone una nueva gestión del tiempo y de los intereses, porque si no entras en una curva depresiva”.
Muchas personas no han tenido ninguna afición, salvo ver el fútbol. No guardan nada de la memoria, están en un estado de pasividad mental
José Antonio Marina
Trampas afectivas a cierta edad: el egoísmo
“Debemos ser conscientes de que las personas de edad pueden caer en trampas afectivas muy fuertes. Por ejemplo, el egoísmo. Una muestra mental es no pensar que, por la edad que tengo, solo me tienen que cuidar, y, aunque es cierto, también hay que pensar que tengo que cuidar. De manera que no soy únicamente receptor de cuidados, sino también proveedor de cuidados a los demás”.
Gratitud y no sólo nostalgia
“Con los recuerdos de personas que se han muerto, y con todas las actividades de duelo, lo que tienes que hacer es mantenerlos dentro de un lado afectivo que sea cordial y no destructivo. Si insistes solo en lo que has perdido, no tiene solución porque no lo vas a recuperar. Si intentas enfocarlo desde los momentos buenos que hubo, con una especie de sentimiento de gratitud por haberlos tenido, los sitúas de manera diferente”.
Contra la soledad
“El problema en las personas de edad, que agrava todo, es la soledad. Porque la soledad no querida es muy mala consejera. En soledad es muy difícil luchar contra los miedos y los sentimientos depresivos. Y la gran solución es la comunicación. Intentar mantener abiertos todos los canales de comunicación posible es una de las de las grandes terapias para las personas de edad”.
Las tres grandes necesidades y algunas soluciones
“La felicidad radica en saber armonizar tres grandes necesidades: el bienestar físico; mantener relaciones sociales lo más cordiales y estimulantes posibles, y sentirnos útiles y ver que progresamos en algo. Cuando tienes cierta edad, esos deseos pueden tener una cierta limitación porque uno puede no encontrarse muy bien. ¿Cuáles son esas soluciones? Una muy clara: organizar la vida de la manera más confortable posible, hasta donde tengas límites o hasta donde sepas adaptarte. Luego, aférrate con uñas y dientes a las relaciones sociales que tengas y haz lo posible porque funcionen bien. Y, además, organiza algo en lo que de alguna manera puedas progresar. Tareas que no sean tan fáciles, para tener esa especie de superación, y que no sean difíciles, para no fracasar”.