Los “buenos modales” no están de moda. Parece que son un formalismo hipócrita y superficial. Hay que ser auténtico. Las nuevas tecnologías fomentan un trato brusco.
Recordarán que en septiembre de 1989 un adolescente, Jokin Ceberio se suicidó por acoso escolar. El caso Jokin se olvidó, las medidas se olvidaron, y solo quedó una preocupación sorda e inútil.