Umberto Eco identificó dos actitudes ante la tecnología: apocalíptica (es un desastre) e integrada (es maravillosa). La rapidez de su éxito dificulta la reflexión rigurosa. Problemas: la facilidad con que las redes sociales pueden crear una sociedad paralela, la posibilidad de control reveladas por Wikileaks, la nueva sociabilidad descrita por Sherry Turkel (‘Vivir en la pantalla’, ‘¿Conectados pero solos?’, ‘En defensa de la conversación’), las advertencias de Nicholas Carr (‘¿Qué está haciendo internet con nuestros cerebros?’). Las nuevas tecnologías son «intermediarios» entre el hombre y la realidad. Nos relacionamos cada vez más a través de la pantalla, y debemos saber cómo gestionar este fenómeno nuevo. La escuela, demasiado preocupada por el manejo de los programas y por facilitar el acceso a la información, está descuidando este aprendizaje, que debe hacerse en la infancia, antes de que la adolescencia sumerja a chicos y chicas en el mundo virtual. Por eso, en la Universidad de Padres hemos abierto un curso sobre cómo debemos introducir en este asombroso mundo a niños y niñas de menos de 12 años. La matrícula está abierta: ‘universidaddepadres.es’. Necesitamos una visión optimista, pero crítica, de la tecnología. Son fuente de posibilidades asombrosas.