Creo que no podemos entender el presente si no intentamos conocer una de sus grandes fuerzas ideológicas: el pensamiento musulmán. Dirige la vida de 1700 millones de personas. Desde el Panóptico se ven las peculiaridades de esta religión, sus vaivenes y también sus analogías con la cristiana. Desde hace años me interesa un problema: ¿pueden llegar a ser compatible el islamismo y la democracia? Fatima Mernissi, musulmana, pensaba que el Islam necesitaba pasar por la Ilustración. ¿Es posible? En el siglo XVIII hubo en el mundo musulmán un intento de “renacimiento” (nahda), pero fracasó.
27 propuestas del libro de Malek Chebel
He vuelto a repasar el libro de Malek Chebel, musulmán, traductor de Corán, Manifeste pour un islam des Lumières. 27 propositions por reformer l’Islam. Desde el Panóptico me parecen correctas. Son muy parecidas a las que siguió el cristianismo. Aunque pueda parecer escandaloso, y, sin dar las explicaciones pertinentes, arbitrario, la solución que da es supeditar la religión a la ética. Estoy de acuerdo, aunque por defender esta idea en Dictamen sobre Dios, fui duramente criticado por teólogos conservadores. Comprender que los derechos humanos son la mejor defensa de la religión que ha inventado la inteligencia humana. Me comprometo a fundamentar estas afirmaciones en un Panóptico próximo. Mientras tanto, por si tienen curiosidad, les transcribo las 27 propuestas de Chebel:
- Elaborar una nueva interpretación de los textos.
- Afirmar la superioridad de la razón sobre toda otra forma de pensamiento o de creencia
- Decretar que la guerra santa es inútil y anacrónica.
- Abolir definitivamente todas las fatwas que condenan a muerte
- Abolir los castigos corporales
- Prohibir las ablaciones
- Prohibir la esclavitud, el tráfico de personas y de órganos
- Sancionar severamente a los culpables de crímenes de honor
- Modernizar la ley civil y el código personal
- Reevaluar el estatus de la mujer
- Dar a la justicia los medios para que sea independiente
- Situar el trabajo en el corazón de la vida social
- Defender la preeminencia del individuo sobre la comunidad
- Recordar la preeminencia de la política en el gobierno de la ciudad
- Luchar contra el asesinato político, a favor de una democratización de los regímenes
- Convertir en virtudes musulmanas la libertad de conciencia y de pensamiento
- Deshacerse del culto a la personalidad
- Respetar escrupulosamente al otro
- Levantar la hipoteca que pesa sobre el dinero
- No ser complacientes con la corrupción
- Diseñar una política voluntarista respecto de las nuevas tecnologías
- Definir una política clara en el terreno de la bioética
- Recordar la obligación ecológica
- Liberalizar el sonido y la imagen
- «Despenalizar” el juego y las diversiones
- Implicarse en el gobierno mundial
- Hacer prioritaria la inversión en los seres humanos
Parece una especie de oximorón. Las mismas proposiciones develan la imposibilidad manifiesta de la tarea. Una reforma procura mejorar el sistema que se tiene, generalmente en forma progresiva y por etapas, y nunca pretende derrocarlo. Pretender que la ilustración penetre en el Islam es abolir la esencia del Islam.
La cuestión de fondo sigue siendo el problema de Eutidemo «las cosas son buenas porque lo quieren los dioses o los dioses quieren las cosas buenas». Pretender que los que esencialmente ‘creen’ lo primero pasen a ‘pensar’ lo segundo es una «conversión» y no una reforma.
Me llama la atención la última propuesta.
«Hacer prioritaria la inversión en los seres humanos»
Tengo la impresión que ésta abarca todas.