Skip to main content

PANÓPTICO

El panóptico
la desconfianza Lorelevate 40

Uno de los virus que enferma a las sociedades es la desconfianza. Por ello convendría trabajar en una vacuna que nos protegiera de él. Ese antígeno ha atacado a nuestro sistema político, lo que resulta especialmente grave porque actúa como “gran contagiador”. Lo que ha sucedido esta semana en la elección de los miembros del Tribunal Constitucional es un caso claro. Y también el precipitado cambio en el sistema de evaluación de los alumnos.

Y los dimes y diretes sobre las pensiones. Y la utilización excesiva de tuits como modo de comunicación política, instrumento nefasto porque su formato impide la argumentación y favorece la “política del improperio”. Creo que considerarlos como agentes infecciosos puede aclarar nuestras ideas. Imaginemos un sistema de contratación en que se acepta que hay que pagar “mordidas”, comisiones, sobornos. Un empresario honrado tendrá que hacer como los demás, si quiere sobrevivir.

Una vacuna debería fortalecer el sistema inmunitario mental y el sistema inmunitario social

La mentira, la corrupción, el compadreo, el cambalache, el dónde dije digo digo Diego, el incumplimiento de los programas políticos, son antígenos que producen la enfermedad de la desconfianza. Una vacuna debería fortalecer el sistema inmunitario mental y el sistema inmunitario social. La primera condición de una vacuna es que el organismo aprenda a reconocer al atacante. La idea tan extendida de “eso lo hacen todos”, del “tú más”, o de “así es la naturaleza humana”, bloquea los sistemas de reconocimiento y abre la puerta a la invasión.

Esta es la condición primera de una vacuna, pero tendremos que seguir investigando más.

Deja tu comentario