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PANÓPTICO

El panóptico
Continuamente recibimos más información de la que podemos utilizar o incluso registrar. Por eso, una de las tareas más complicadas y necesarias de la inteligencia es “identificar la información relevante”. En términos castizos, separar el grano de la paja.
Los mecanismos emocionales tienen esa finalidad, pero con frecuencia nos engañan. Una información intranscendente, pero con carga afectiva nos parece más relevante que una transcendente presentada de manera fría. Utilizo para reconocer lo relevante la permanencia del tema (un trending topic no lo es), su expansión y las redes conceptuales, prácticas, emocionales que activa.

En este momento me preocupa saber si estoy dando demasiada importancia al fenómeno “woke”. Para comprobar su extensión, leo tres revistas francesas de diferente orientación. En l’Express. encuentro un artículo titulado “Mi manual escolar en la hora woke”. Habla de una editorial que ha lanzado una línea de libros de texto que da mucha importancia a la temática woke. Otro artículo titulado “Autos de fe: la declaración de guerra de los locos del “progreso”, habla de la elaboración de un índice de libros prohibidos en las bibliotecas del Consejo Escolar Católico de Providence, por hablar mal de los autóctonos. Esos libros deben ser purificados por el fuego. La periodista, iraní, resume: “Es una declaración de guerra de Wokistan contra la civilización”. Unas páginas después otro artículo se titula: “Lionel Shriver; “El fenómeno “woke” no hace más que empeorar”. La novelista americana (varias de cuyas obras ha traducido Anagrama) ha publicado The Motion of the Body Through Space, que es en parte una sátira de “una religión contemporánea; el wokismo”.
En Le Point, leo una entrevista con el ensayista Brice Couturier, que acaba de publicar OK Millennials, Reconoce que la universidad francesa esta aquejada por el virus woke, “esos delirios intelectuales que están a punto de convertir a los Estados Unidos en un país al borde de la guerra civil, horriblemente polarizados entre populistas conservadores e izquierdistas locos, lo que deja poco espacio para la razón, la racionalidad, la ciencia, la escucha, el dialogo. No hay democracia sin dialogo. Pero la ideología woke rehúsa el dialogo porque piensa que hablar con el otro es traicionar a la causa”.

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