David Cameron lleva a los padres a la escuela
David Cameron, primer ministro británico, ha anunciado la implantación de un programa para ayudar a los padres en la educación de sus hijos, en especial, para solucionar problemas de comunicación, control y disciplina. Es reincidente, porque ya lo intentó en 2011, con poco éxito. En el programa piloto, llamado CanParent, solo participaron 2.956 personas -un 9% de hombres-, y costó 1.450 euros por persona.
Las críticas al programa de Cameron no se han hecho esperar. Un político de la oposición dijo que la idea parece venir de «un Estado-niñera”. Y una activista de la asociación Mothers at Home Matter, Laura Perrins, consideró irónicoque el primer ministro incentive las clases para padres cuando su Gobierno -dijo- “ha dificultado que las madres se queden en casa a cuidar a sus hijos”.
¿Por qué necesitan los padres ayuda en este momento? ¿Son más torpes que antes? No. Lo que sucede es que la sociedad se ha vuelto más compleja
La inmensa mayoría de los padres están muy preocupados por la educación de sus hijos. Tienen la seguridad de que su papel es muy importante, pero no saben qué hacer. Eso ha hecho que proliferen libros y programas dirigidos a asesorar a los padres. Incluso ha nacido una ciencia completa: Parenting. Pero con frecuencia lo único que consiguen es abrumarles ante la cantidad de cosas que deben hacer y de las que -si no las hacen- acabarán sintiéndose culpabilizados. En España, a estas alturas, todavía muchas madres que trabajan continúan sintiéndose inquietas pensando que tal vez no estén dedicando a sus hijos la atención debida. Cosa que, por cierto, es rarísimo que sienta un hombre.
Un sistema adaptado a cada momento
Como explicó desde el campo jurídico la profesora María de la Válgoma en su libro ‘¿Padres sin derechos, hijos sin deberes?’, los adultos nos hemos hecho un lío con la educación. Como salida necesaria a un sistema autoritario(basado en la obediencia y los deberes), pasamos a un sistema permisivo (basado en la libertad y los derechos), sin que hayamos sabido encontrar el justo medio.
¿Por qué necesitan los padres ayuda en este momento? ¿Son más torpes que antes? No. Lo que sucede es que la sociedad se ha vuelto más compleja, mas heterogénea, viaja a una velocidad de crucero distinta, y tenemos más oportunidades, pero también más riesgos. Esto es lo que me impulsó hace ya nueve años a organizar una Universidad para ayudar a los padres en su función educadora.
Para tranquilizar a madres y padres, debemos explicarles lo que depende de ellos en la educación de sus hijos y lo que no depende de ellos. Y qué es lo que pueden hacer en cada momento de la vida de sus hijos. Nada de consejos generales, sino de aplicaciones prácticas para cada problema y cada momento biográfico.
Hay muchas oportunidades, y las personas que tienen un nivel económico y educativo alto saben mejor cómo aprovecharlas. Nosotros queremos democratizarlo
En segundo lugar, debemos informarles de lo que pueden hacer en colaboración con la escuela. Aspiramos a crear una cultura de la colaboración que no existe. El Consejo Escolar del Estado acaba de dedicar el último numero de su revista, ‘Participación educativa’, al tema de las relaciones entre familia y escuela. Asunto importante porque la actitud de los padres tiene una influencia directa en la eficacia del sistema educativo.
Aprovechar las oportunidades
Por último, queremos informar a los padres acerca del mundo en el que sus hijos van a integrarse. Hay muchas oportunidades, y las personas que tienen un nivel económico y educativo alto saben mejor cómo aprovecharlas. Nosotros queremos democratizar esa información. Poner al alcance de todo el mundo lo que ahora solo una parte escogida sabe. ¿Cuáles van a ser las carreras del futuro? ¿Cuales son las ‘21th Century skills‘?
Hace unos años, Benjamin Bloom publicó una investigación titulada‘Developing Talent in Young People’. Su objetivo era estudiar los factores que favorecían el desarrollo del talento en campos muy variados de la actividad humana, desde el deporte hasta el arte, de la ciencia a los negocios. El papel de las familias resultaba fundamental. Por eso, lo que pretendemos en la Fundación Universidad de Padres es ayudarles a conseguir que sus hijos e hijas desarrollen su particular talento. Ya conocen nuestra dirección.